La derecha en Ecuador está desesperada

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Lunes 13 de Enero de 2020

Ante el comienzo de un nuevo año preelectoral en el Ecuador, los sectores políticos y económicos de derecha distan de perfilar canditatxs que tengan proyectos coherentes y posibilidades reales en términos electorales. La derecha empresarial, banquera y ultraliberal, parece carecer de candidatos que representen alternativas reales a la doctrina del shock, enarbolado por la administración actual. Adicionalmente resulta necesario mencionar que el neoliberalismo es todo lo que representan estos sectores.

Por un lado, la derecha ultraliberal representada por Guillermo Lasso y Jaime Matraca porteña Nebot, carece de legitimidad y no traspasa las limitadas y oligárquicas paredes de los grandes salones de la élite guayaquileña. En el caso de Matraca, este pretendía apoyar su campaña en el modelo neoliberal, excluyente y segregador que ha implementado durante dos décadas en Guayaquil, la ciudad con desarrollo más desigual en todo el territorio ecuatoriano. Su discípula, acólita incondicional y la actual burgomaestre del puerto principal, Cynthia Viteri, pretende profundizar los logros emprendidos por Matraca en la ciudad, queriendo servir como referente de una administración pública exitosa de ultraderecha. El último artilugio político de Matraca, el cual terminaba por visibilizar el profundo racismo y clasismo que este siente por una parte importante de la población ecuatoriana y de sus propias raíces, da cuenta del complejo fundamental que llega a formar parte de la identidad conservadora de las élites económicas del Ecuador.

Estos grupos parecen desconocer, y terminan por atropellar su propio origen con tal de blanquesarse, un remanente claro a la colonialidad, que todavía impera en extensas latitudes del continente americano. Una nota personal para Matraca: con su racismo no llegará lejos. Entendemos bien que quiera aprovechar el momento, que parece dar vientos a favor a racistas de diversa índole, como Trump en EE.UU. y Bolsonaro en Brasil. Sin embargo, este oportunismo le salió caro a Matraca tras declarar que: los indios vuelvan al páramo. El señor Nebot parece carecer de la capacidad de comprender que el páramo tiene más dignidad que su limitada y caricaturezca cosmovisión ultraliberal.

Por otro lado, Guillermo Lasso, el cual ya se encuentra en campaña con presencia sobre todo en las redes sociales, intenta deslindarse del proyecto político actual -del que ha formado parte de manera indirecta y como soporte moral- tildando al gobierno de Moreno como nefasto. Este resulta ser el último intento desesperado de una figura política quemada, la cual representa los preceptos políticos y las mismas medidas económicas que se encuentra implementado el gobierno antipopular de turno. Adicionalmente, Lasso pertenece de forma directa a la élite empresarial y banquera que se benefició de los 4.200 millones de USD que el gobierno de Moreno perdonó a las empresas y bancos el año pasado, ascendiendo casi al mismo monto que el crédito extendido por el FMI al Ecuador.

No nos confundamos. En el caso utópico de que uno de estos dos candidatos termine teniendo un mínimo potencial de formar un próximo gobierno, tanto la represión al pueblo como la liberalización y privatización gradual de la economía terminarán por exacerbarse. Esto solo conllevaría a una continuación y profundización de la precarización de todos los aspectos de vida de la sociedad ecuatoriana, como se vive desde el comienzo del gobierno de Moreno. Lasso y Nebot -dos figuras que mejor representan el clasismo, racismo y el espíritu ultraliberal del Ecuador- pretenderán establecer sus campañas en torno a dos temáticas que terminan por ser de extenso interés público en la actualidad. La inseguridad económica y el orden público. Estas dos problemáticas -de las cuales el gobierno de Moreno es participe en fomentar su declive- contribuyen de forma directa al desarrollo de un discurso racista, ultraliberal y excluyente, basado en supuestos y falaces méritos individuales- el cual sólo puede soñar con instaurar un régimen bolsonarista en Ecuador.

La explosión de una nueva ola de rechazo popular a las medidas neoliberales profesadas por el gobierno, e incluyendo a Lasso y Matraca, termina por ser tan sólo una cuestión de tiempo. Ante la insistencia de la focalización de los subsidios a los combustibles, entre los cuales además de la gasolina, también se encuentra el gas de uso doméstico, las reformas tributaria y laborales, que solo profundizan la pobreza, y los recortes presupuestarios en salud y educación, terminan también por ser una cuestión de tiempo los límites de la implementación de estas medidas neoliberales. Los pueblos de América están hartos del neoliberalismo, el cual multiplica la miseria como lógica interna y la subyugación de los pueblos a los intereses de élites locales y extranjeras como lógica externa. Llegó la hora de un proyecto genuinamente popular.

 

Referencia fotográfica:

www.elmercioco.com

 

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