Nuevo Ecuador: exterminio social a bala, plomo y austeridad

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Lunes 1 de Diciembre de 2025

El 22 de noviembre de 2023, Daniel Noboa asumía la presidencia del Ecuador, tras el fracaso del banquero Guillermo Lasso. Como última gran ficha de la clase empresarial, Noboa prometió -de una vez por todas- cumplir con los intereses nacionales de EE.UU.: terminar en convertir al Ecuador en un megapuerto de recursos del narcotráfico y del extractivismo. A dos años de asumir, Daniel Noboa se ha convertido en uno de los gobiernos más nefastos de la historia del Ecuador. La pregunta central a responder termina siendo: ¿logrará Noboa cumplir con los sueños del imperialismo decadente, o tendrán que sacar otro as bajo la manga?

La minga por el NO

Un análisis dialéctico-materialista respondería de forma negativa. El pasado 16 de noviembre a Daniel Noboa, un hacendado que acumula más de un siglo de explotación al pueblo en su ADN, por primera vez en su vida, le dijeron que NO. Y este no fue un NO cualquiera, fue un NO rotundo, nacido desde las entrañas de estos territorios. Un NO en negación al proyecto de muerte llamado Nuevo Ecuador, que extermina todo a su paso. Un NO colectivo de lucha, que enalteció las jornadas de paro en las que nuestra clase tuvo que ofrendar sangre frente al Narcoestado. Un NO con conciencia de clase. Un NO de dignidad.

Un NO que quebró toda la pauta comunicacional posible, que desorientó al poder realmente existente. Una vez más, las corporaciones de comunicación, muy bien pagadas por la Banana Narcorepublik, intentaron nublar la realidad material del pueblo por medio del bombardeo digital ideológico, pero la fuerza colectiva y la cooperación del conjunto de la clase trabajadora, impuso la dignidad en el sentido común, y se declaró triunfante, ante los ojos incrédulos de los poderosos.

En su cinismo tan característico, Noboa ni se pronunció la noche del 16 de noviembre, ni en los siguientes 10 días, intentando proteger su imagen ante un fracaso tan rotundo en las urnas. Un pequeño autócrata al que le encanta engrandecerse en TikTok, prescindió de cualquier pronunciamiento público, prefiriendo viajar a su madre patria, los EE.UU., para recibir su debido aleccionamiento por haber defraudado los intereses nacionales de su país -el del Norte-. Un hacendado con complejo napoleónico pensaba establecer en el Ecuador su feudo personal, incluso atreviéndose a incurrir en crímenes de lesa humanidad con sus declaraciones de CAI y sus Convoyes de la Muerte, que hacen eco a las incursiones genocidas del sionismo en Palestina, uno de los aliados estratégicos de tan aberrante proyecto.

La letra con sangre entra

El “Nuevo” Ecuador se escribe con sangre, como sentenció el compañero Domingo Ankuash hace meses. Aquí algunas evidencias: 1. El 2025 cierra como el año más violento en la historia, con aproximadamente 10.000 muertes violentas; 2. Crímenes de Estado. Las FF.AA. están implicadas en la desaparición forzada de 43 personas, de los cuales 8 han sido encontrados sin vida, incluidos Josué, Ismael, Nehemías y Steven, y existen 22 denuncias de ejecuciones extrajudiciales, incluyendo al campesino esmeraldeño, el señor Oscar Cortez, quien fue asesinado por las Fuerzas Armadas en Minas Viejas-Esmeraldas, el pasado 23 de noviembre; 3. Durante el paro nacional de septiembre y octubre, las fuerzas armadas ejecutaron a Efraín Fuerez y a José Guamán, así como Rosa Paqui murió en la represión por asfixia; y 4. Más de 600 Personas Privadas de Libertad han muerto en el sistema carcelario, la inmensa mayoría en la Penitenciaría del Litoral en masacres carcelarias, pero también de tuberculosis e inanición, lo que demuestra las condiciones infrahumanas de las cárceles del país.

Esto es un verdadero baño de sangre, una demostración de la psicopatía de la clase dominante, especialmente la que está vinculada innegablemente al crimen organizado, el tráfico de cocaína y la esclavitud moderna en haciendas bananeras. Es como si para consagrarse por completo al imperio del Norte, los oligarcas necesitarían ofrendar a todo este pueblo a Belcebú. Pero Daniel Noboa no solo demanda el sacrificio de sangre por medio de la violencia extrema, sino que también genera condiciones que llevan a la muerte. Este 29 de noviembre, la Asamblea Nacional con mayoría oficialista, aprobó con 78 votos el presupuesto general del Estado para el 2026, que evidencia en su estructura la carta de intención del FMI, que plantea entre otras maravillas, la reducción del Presupuesto General del Estado. Las carteras de salud y educación son las más golpeadas.

Para esto, es necesario mencionar que a un mes de que finalice el 2025, solo se ha ejecutado el 50% del presupuesto en salud y educación, lo que demuestra la intención de sabotaje que existe desde el gobierno narcobananero en contra del Estado, buscando inoperancia y desabastecimiento. El desabastecimiento de medicinas e implementos asciende al 55% en el Ministerio y 35% en el IESS. Las dializadoras siguen impagas, los trabajadores siguen impagos, no hay alimentación, no existe ni limpieza adecuada y ni suficientes médicos especialistas y trabajadores especializados. No hay nada. Esto también le cuesta vidas al pueblo. Así también se aplica la necropolítica.

Por otra parte, el presupuesto aprobado atenta contra el derecho a la educación universitaria pública, de calidad y gratuita. Con una reducción del 13% al presupuesto destinado a las universidades públicas, la situación de la educación superior pública entra en emergencia, si es que ya no lo estaba. Los casos más alarmantes son el de la Universidad Central del Ecuador, que sufre un recorte de USD 15 millones, de la ESPE, con USD 19 millones en recorte, y la más grave, la Universidad de las Nacionalidades y Pueblos Indígenas Amawtay Wasi, que sufre un recorte del 70% de su presupuesto, arrojándola hacia la imposibilidad de continuar en funciones. Con este recorte, la Amawtay Wasi podría no abrir materias el semestre próximo, dejando a más de 2.400 estudiantes en el limbo, y a 300 trabajadores y sus familias en la calle. Es inevitable preguntarse si este recorte evidencia un ensañamiento contra los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades del país, continuando con el racismo característico de este gobierno.

Retirarle a las hijas y los hijos de los sectores populares la posibilidad de acceder a la educación superior pública de calidad, es el plan de gobierno de Daniel Noboa. Esta medida responde a la avaricia insaciable de la clase empresarial que engorda sus carteras por medio de mayores porcentajes de plusvalía, al imponer el destino del “trabajo no calificado” para jóvenes de sectores populares, que se traduce a mano de obra barata, en más precarización y en más alienación. Como plantea Darío Iza -presidente del Pueblo Kitu Kara-, es necesario que “sea lo popular lo que discuta y dispute el discurso hegemónico del Estado”. La defensa de la educación superior pública de calidad es también una disputa por el saber y el quehacer, hacia nuevos sentidos y paradigmas de sociedad construidos desde abajo. La oligarquía descaradamente hará todo lo posible por impedir este proceso histórico, y este ejemplo grafíca a detalle esta lógica: el Presidente de la República se perdona USD 98 millones en deuda al SRI, mientras recorta más USD 128 millones a la educación superior. El rico más rico, y los pobres más jodidos.

Este es el “Nuevo” Ecuador, en el que “no existe alternativa”, en las palabras tanto del presidente como de Margaret Thatcher en Inglaterra, cuando abatía derechos laborales y reprimía jubilados y sindicalistas, como lo hace Milei en la actualidad. El “Nuevo” Ecuador emprende un verdadero exterminio social a bala, plomo y austeridad. Organizarnos es la única salida.

 

Nota al pie: es importante que todxs leamos la investigación Operación sin Rumbo, para comprender la gravedad del accionar del Estado a manos de Daniel Noboa desde la declaración de Conflicto Armado Interno.

 

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