¿Para qué vienen con guaguas?

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Sábado 12 de Octubre de 2019

Mucha gente sigue preguntándose: ¿por qué las mujeres traen a sus hijos a las protestas?, ¿por qué traerían a estos inocentes a pasar frío, a dormir en el piso, a la violencia de las calles? Muchos se auto responden que sería por su innata ignorancia. Sería también la falta de educación que tienen, que los están utilizando los dirigentes, etc. Es verdad; los indígenas necesitan educación de calidad, pero actualmente no la tienen ni la tendrán con las medidas impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la gente de ciudad necesitamos aún más educación y empatía para que los utilizados no seamos nosotros.

No todos los indígenas vienen de forma voluntaria a las protestas, pero la dinámica de las comunidades resulta ser esta: todos participan, sea para una protesta o para una minga en la comunidad. En lugar de reclamar estas dinámicas que desde la ciudad no entendemos, reclamemos a los policías por atacar -sin ningún tipo de criterio- los sitios seguros que estaban destinados para menores y donde estaban siendo cuidados por mujeres y voluntarios. Reclamemos por disparar a gente desarmada, por lanzar gas cerca de hospitales, por destruir donaciones de centros de acopio, por ocultar la información al resto del país.

Al criticar la razón por la cual los traen a un lugar, de por qué los atacan, también le hacemos el juego al gobierno de turno. La pobreza no es romántica, y si los indígenas se van de aquí sin haber derogado las medidas, seguirán sufriendo, pero en sus casas, sin que nadie los vea. En esos casos también deberíamos decir: ¿por qué el estado los deja morir de hambre, falta de agua o a causa de la contaminación? Pero mientras estén lejos y no los veamos, asumimos que ellos se encuentran bien.

Cuestionemos un poco más allá del “por qué los traen”. Personalmente tampoco me gusta, pero pensemos en las parlamentarias europeas que llevan a sus bebés a sesionar y a las que han criticado por darles de comer en pleno parlamento. A ellas les dicen empoderadas y acá les dicen ignorantes. Hay madres que no dejarían a sus hijos al cuidado de otras personas ni por un día, peor por 4 o 5. En el campo no existen las niñeras. Preguntémonos ahora si nosotros dejaríamos a nuestros hijos solos mientras nos vamos a otra ciudad.

Hay un documental interesante que refleja que la brecha salarial que existe en el mundo no es por ser mujer, sino por ser madre. Es decir, que cada hijo nos reduce las posibilidades de ascenso en trabajos y limita los cargos de poder en empresas.

¿Estamos discriminado a estas mujeres por haber tenido hijos? A las que si quieren venir a apoyar el paro, pero tuvieron un hijo hace 2 años, ¿le estamos diciendo que no puede venir porque es madre y se debe quedar en la casa cuidándolo?

Estoy de acuerdo en que ellos no tenían que venir, que los que debíamos pelear somos la clase media, que es la que está en el sánduche de afectados y a los que las medidas nos harán pedazos. Pero e este sentido, descuidamos un problema muy grande: como no tenemos un sistema de mingas, muchos han reducido el paro a vacaciones forzadas y les estamos dejando que sean ellos los que “nos den peleando, nos den gritando y nos den muriendo”.

Las indígenas no tenían que venir con los niños. Pero las mujeres y los jóvenes citadinos sin hijos tampoco han salido al paro -creyendo que todo es culpa de Correa- sin pensar que el descontento va más allá y que son las medidas del FMI adoptadas por Moreno, las que se están combatiendo. Repetimos: ¡Son las medidas del FMI, las que se están combatiendo!

Si continuamos diciendo que por qué vienen con mujeres, con niños, con esposos, con ponchos, con lanzas, ¿qué diferencia hay con Nebot, que dijo que los indígenas se deben quedar en el páramo?

 

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