Volvió la cruz: Camacho y el neocolonialismo
Camacho es peligroso, representa lo peor de la extrema derecha, combina el dinero, el poder, lo “cívico”, lo “macho” y la cruz, presentando un Cristo diferente al verdadero, se autodenomina cristiano pero no entiende que el cristianismo de 1492 al actual, ha cambiado radicalmente, especialmente luego del LAUDATO SI' del Papa Francisco y el llamado a la conversión ecológica y respeto absoluto a los pueblos originarios.
En Bolivia la situación es compleja, no se puede resumir en acusar al FMI y al gobierno de los Estados Unidos, Bolsonaro y otros actores de la derecha boliviana y de la región de orquestar la caída de Evo Morales. Hay racismo, machismo, capitalismo y colonialismo todo junto en contra de un gobierno y proyecto político debilitado social y políticamente, pues en los últimos años descuidó su relación con varias organizaciones sociales, indígenas, feministas y juveniles e intentó homogeneizar el camino y el pensamiento diverso de los pueblos andinos y sus luchas.
Para las organizaciones sociales lo que está claro es que debemos rechazar la violencia colonial y patriarcal de la extrema derecha boliviana y su intento fascista por hacerse del poder a la fuerza.
Lo que queda claro también, es la que esperanza de una Bolivia y Abya Yala Plurinacional no puede morir con Evo, pues en las calles, comunidades, foros y redes hemos visto a miles de personas de distintos pueblos originarios y sociedades en movimiento de Bolivia y el mundo flameando la Wiphala y discutiendo los siguientes pasos para el avance a una sociedad socialista. Sino es una construcción colectiva desde abajo, en cada comunidad, barrio, ciudad y territorio y que los gobiernos progresistas deben entender y respetar la autonomía y luchas de las organizaciones de base.
La quema de viviendas de mujeres y hombres dirigentes, los muertos, las balas, el odio e ignorancia contra los símbolos de Abya Yala, nos deben llenar de fuerza para seguir resistiendo, el rechazo a proyectos políticos extractivistas, nos debe hacer reflexionar sobre el proyecto político en el que participamos, la actuación de los militares y la policía nacional nos debe obligar a repensar la forma de cuidarnos y defendernos de estos aparatos de represión capitalista. Lo que debemos hacer, es trabajar es por la eliminación de estas instituciones cuyo origen y fin es estar al servicio del Estado capitalista.
Para finalizar este artículo quiero decir que el “Macho Camacho” es una muestra del peligroso enemigo colonialista y racista que anda suelto en nuestro continente, poniendo en riesgo los proyectos de vida, justicia, democracia, plurinacionalidad, autonomía, soberanía y libertad en Abya Yala. El neoliberalismo ha encontrado en los fanáticos religiosos y su rebaño, la fuerza de choque que le hacía falta para intentar derribar los procesos de izquierda en la región, al menos los de la izquierda-electoral.
