Richard Intriago: “Unirnos para siempre en la lucha social”

jkadkd
Miércoles 15 de Julio de 2020

En un segundo encuentro, conversé con el dirigente campesino y precandidato presidencial, Richard Intriago, histórico dirigente de la FECAOL y  Phd. en Agroecología. Esta pandemia ha demostrado que el sector agropecuario, rural y campesino, sostiene la vida del campo y la ciudad.

En los próximos días, el sector agropecuario desarrollará la Asamblea Nacional Popular como un llamado a la unidad de las organizaciones sociales y sectores populares del Ecuador, frente la crisis multidimencional que atraviesa el país, así como a las elecciones de 2021.

FK: ¿En qué consistieron y cómo se desarrollaron las Brigadas Campesinas?

RI: Toda la dirigencia nacional agropecuaria nos conectamos y decidimos salir a enfrentar el problema alimentario desde nuestro propio esfuerzo. Pedimos públicamente al Gobierno Nacional que lo hagamos en conjunto -a pesar de todos los conflictos que tenemos- pero no tuvimos respuesta.

No lo hubiésemos logrado si no hubiésemos hecho una alianza con otras organizaciones claves, por ejemplo con ASOTRASET, con Mujeres Sin Límites, con la Federación de Barrios. Ese tejido de alianzas hizo que la organización social se ponga al frente de un problema al cual el gobierno no tuvo respuesta.

Comenzamos tanto a combatir la especulación de los alimentos y además a entregar solidariamente alimentos a las ciudades. El campo fue realmente clave en todo este proceso para solidarizarse con la gente que estaba sin comida en las casas. Todo este proceso se fortaleció con el tiempo, tanto así que ahora estamos haciendo cuentas y todo este proceso ha logrado mover, sin recursos, más de dos millones de dólares y ha llegado a más de 100.000 familias en todo el Ecuador -todavía las brigadas continúan -.  Es increíble lo que se puede lograr con capacidad de organización y de alianzas, que está siendo reconocida a nivel internacional.

FK: ¿Cómo evalúan desde el agro el manejo de la crisis en general hasta el momento?

RI: Tenemos varias crisis. La crisis sanitaria, producida por la pandemia, que es una crisis mundial. Esto derivó en una crisis política profunda, terminando por ser un avión sin piloto en medio de la pandemia. Estamos hablando también de una crisis moral profunda: de que mucha gente en el Ecuador no solo murió y está muriendo por Covid-19, sino también por corrupción. Por falta de un tanque de oxígeno, por falta de personal de salud adecuado, por que otros se están llevando el dinero del país. Esta es la parte más triste de nuestra realidad. También una crisis económica que se profundizó a partir de todo este problema, y la tendencia de una mayor crisis económica en el futuro. Está la crisis alimentaria, que aunque nadie la nombra ni la quiera reconocer, existe justamente porque hay una crisis laboral.

Entonces, a partir de todo este problema que tenemos, creo que el gobierno no está preparado para poder enfrentar la crisis junto a nosotros, junto al pueblo ecuatoriano. En Ecuador rige el “sálvese quien pueda”, esa es la divisa de la política ecuatoriana. Entonces nuestra respuesta fue y es la organización social, desde nuestras propias realidades, ver cómo podemos sacar adelante al pueblo ecuatoriano, a nuestras familias, sin gobiernos, sin poder y sin dinero.

Tenemos la certeza de que solamente el sector agropecuario puede realmente enfrentar una crisis generalizada como la que vivimos. El sector agropecuario, que ha sido permanentemente relegado, es el que podría enfrentar las diferentes crisis que tenemos. Desde lo laboral, porque tenemos la capacidad de hacer de este país una potencia mundial agropecuaria. De esto no nos cabe ninguna duda. Creemos que ahora nos encontramos en plenas condiciones para hacerlo. Creemos que el país está preparado ahora, con muchos profesionales y agricultores expertos, para poder desarrollar un país completamente orgánico y que nuestras exportaciones suban y tener mayores divisas. Pero antes de eso, obviamente, que no haya ni un niño ni un anciano que se acueste con la barriga vacía en un país en donde los alimentos se pudren en el campo.

FK: ¿De dónde salió la necesidad y cómo se desarrolló la Asamblea Nacional Agropecuaria?

RI: La asamblea nace justo en respuesta a las crisis que atravesamos. Viendo que el gobierno no da más, que se siguen profundizando los problemas del sector agropecuario. Hubo la intención de importación de frutas y hortalizas por parte del Ministerio de Agricultura, que después fue derogada gracias a la presión social. Los diferentes gobiernos que han pasado por el país no solo nos van marginando, sino que también nos van golpeando, agudizando nuestros problemas.

Existen políticas públicas que nos afectan, como la importación de alimentos que se producen en el país o los productos transgénicos, que se importan creyendo que nos van a beneficiar. A partir de esta realidad, y sumando a la pandemia como nuevo factor, se dio este espacio de relación entre organizaciones agropecuarias del país, logramos hacer un tejido nacional importante que hemos llamado Asamblea Nacional Agropecuaria. En esta ocasión, la sorpresa fue que estuvimos casi todos los agricultores, ganaderos, pescadores, recolectores del manglar de las 24 provincias, realmente fue una asamblea de los más amplia y exitosa, y que además, planteó el indicio de que hay una necesidad de la unidad del sector agropecuario y que todos vamos por el mismo camino.

Esta asamblea determinó dos planteamientos centrales: la primera, unirnos para siempre en la lucha social, porque los problemas de uno son problemas de todos. Y también decidimos irnos a las elecciones del 2021 para proteger nuestro país desde nuestro sector. Esto realmente fue un cierre de filas, porque escuchábamos ya a los mismos políticos de siempre, o al hijo de papá que sale de este gobierno y quiere lanzarse al siguiente y decir que nos representa, que va a volver su mirada al campo, en fin, todos esos discursos.

Saben que el sector agropecuario enfrentó la pandemia y que ahora es reconocido por la sociedad. Entonces, lo que hemos hecho realmente es cerrar filas, decir que aquí nadie nos representa desde afuera, nuestro sector tiene los mejores hombres y mujeres de nuestro país, capaces de representarnos a nosotros mismos, así que el sector agropecuario no va a ser vulnerado a partir de que se realizó la Asamblea Nacional Agropecuaria.

FK: En términos históricos ¿Qué significa que el sector agropecuario proponga una candidatura a la presidencia ante las elecciones del 2021?

RI: En la historia del Ecuador nunca antes ha pasado esto.  Siempre los políticos han tenido sus discursos campesinos, porque en un país netamente agropecuario, más del 40% de la votación nacional proviene del sector rural, sin contar a todas las personas en las ciudades que han sido también parte del sector rural, precarizados por las propias dificultades del sistema, entonces obviamente a todos les interesa colocar al discurso agropecuario. Pero nunca antes hemos tenido una coalición de organizaciones agropecuarias de las 24 provincias del país, decidiendo sobre el futuro o sobre colocar a un candidato a presidente del país que sea campesino.

Pase lo que pase en el futuro, ya es importante lo que estamos marcando, la discusión que se está dando, los temas que estamos colocando, y todo este proceso lo estamos viviendo con mucha alegría. También ha sido muy doloroso que haya nacido a partir de la pandemia, porque esta nos ha dado muchas más penurias: las familias, los amigos fallecidos.

Creemos que la pandemia desnudó a la clase política tradicional ecuatoriana, y que dio la oportunidad para que gente como nosotros -el pueblo normal, las organizaciones sociales- podamos estar al frente de una campaña al 2021 con toda la dignidad y el peso moral que tenemos de muchos años atrás sin pedirle favores a nadie. Esto es una reivindicación de los derechos políticos de una sociedad que nunca antes los tuvo.

FK: ¿Cuál es la propuesta política desde el sector agropecuario para una salida a las crisis multidimensionales que atravesamos actualmente?

RI: Lo primero que hemos pensado es que necesitamos orden y organización en el país. Este es un país completamente desordenado, porque en el desorden se multiplican la corrupción y el robo. El Estado, el Gobierno Nacional y la sociedad civil deben organizarse para poder hacer frente a todas las crisis que tendremos, y que no se escapen los recursos para donde no tienen que irse. Esto solamente lo haremos con organización.

Necesitamos un gobierno que sea sociedad civil en acción. Esto significa que haya un protagonismo permanente de la sociedad civil y de las organizaciones sociales dentro de toda la política ecuatoriana para poder enfrentar juntos los problemas en su conjunto. Creemos que todos los sectores económicos relegados, como la economía popular y solidaria, tienen que potenciarse, justamente para hablar de la microeconomía, de la economía familiar, de la economía local, para que podamos enfrentar las crisis. Es necesaria toda una reevaluación económica de la importancia que tiene esta microeconomía: los trabajadores informales, los que estamos en la economía popular y solidaria, los que producimos los alimentos, las artesanías; para comenzar a reivindicar nuestros derechos.

Sabemos que podemos potenciar la economía a partir de todo el proceso agropecuario y turístico, sabiendo que la política extractivista ya no va más. Ya es hora de parar toda esa locura y sentarnos a entender y ver el país a largo plazo. Lograr una planificación que como país permita sacar adelante a la Nación, y que además se encuentre acompañada de una organización social que presione y no permita que se desvíe para otro lado el trabajo.

FK: ¿Cuál es la expectativa y cuáles son las propuestas de la Asamblea Nacional Popular?

RI: El llamado que se hace desde el sector agropecuario a la Asamblea Nacional Popular, marca también un hito en el Ecuador: la unidad nacional de todas las organizaciones sociales del país. Hablo de educadores, artistas, comunicadores, trabajadores informales, de todos los grupos y nacionalidades del país. En esta asamblea hemos puesto un límite de la participación del sector agropecuario que es el 10% de sus asistentes, con el fin de que el 90% sean integrantes de otros sectores sociales, para poder construir una agenda conjunta para sacar al país de las crisis que estamos viviendo. Nos encontramos en una coyuntura frente a la cual ya no soportamos más, estamos hartos de lo que está pasando en el país y esta asamblea está teniendo mucho éxito. Ya contamos con 500 inscritos de diferentes sectores de las 24 provincias del país no agropecuarios.

Estamos pasando de una indignación generalizada a una reacción positiva, de unidad, para enfrentar juntos los problemas. Los que nos conocen a nosotros y a nuestra trayectoria saben que ha sido una lucha sin descanso y que esta unidad significa tanto la lucha electoral como la lucha social por nuestros derechos en conjunto. Pase lo que pase en las elecciones, nuestra lucha se fortalece, se une, crece y podremos defender el país de cualquier atropello, sea quien sea el gobierno que esté al frente.

FK: ¿Cuál es el papel de las compañeras mujeres en el proyecto político que presenta el sector agropecuario?

RI: Nosotros veníamos trabajando como movimiento campesino en dar atención particular a un proceso duro de equidad de género y generacional. Esto se debe a un proceso de formación política, un proceso de formación de cuadros, de bases de nuestra organización. Las compañeras mujeres han tomado mucha fuerza y relevancia, y son las que generalmente tienen acuerdos internacionales desde el sector campesino con otros países para formarse en esta temática de la lucha por la equidad de género y generacional. Nunca es fácil, quiero ser honesto, es un reto para el Ecuador y aún más para el sector agropecuario. Sin embargo, están todos los esfuerzos para que así ocurra, pero que ocurra de una forma real, transparente, donde realmente nuestras representantes tomen liderazgos importantes. Así que todo el tiempo que nos encontramos en discusión, nuestras compañeras colocan la línea de la importancia de su participación permanente en la lucha que llevamos a cabo. Es un tema complejo, lo apoyamos todos, estamos en ese proceso, las mujeres lo han abanderado, pero creo que es un tema que nos va a costar algún tiempo hasta que realmente sea un ejemplo nacional de equidad desde el sector agropecuario.

FK: ¿Cuál sería el mensaje que quieres enviar a lxs lectorxs?

RI: En el país hay mucha tristeza, desesperanza,  conmoción e incertidumbre. Nosotros hemos demostrado poder hacer cosas sin poder y sin dinero. Creo que a pesar de las elecciones y lo que pase, nosotros estamos más preparados que nunca, en un tejido social enorme, con una organización que es cada día más sólida, con redes tanto en el campo y la ciudad, y vamos a seguir generando todo ese tejido social para que sea óptimo y poder responder a cualquier problema que atravesemos como país. Nosotros estamos afinando nuestra capacidad de respuesta para las crisis que vive el país. Envío un mensaje de esperanza, creo que unidos somos una fortaleza social, con gobierno o sin gobierno.

 

Inscripciones a la Asamblea Nacional Popular, miércoles 15 de julio de 2020 a las 16:00: +593967870966