Todd Chapman: "Ecuador estamos contigo"

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En el momento de abrir el debate en temas referentes a soberanía, podemos coincidir de manera casi inequívoca que los Estados Unidos de América, con sus políticas y gobiernos a lo largo de la historia, poco o ningún respeto ha guardado por este concepto.

Somos  testigos de cómo a nivel regional y a escala global, la potencia del norte viola sistemáticamente las fronteras de los estados nación y  las normas del derecho internacional, coartando así la capacidad creadora de los pueblos del mundo de construir su propio destino.

La tarde del martes 14 de abril del año en curso, el gobierno ecuatoriano, suscribió  un memorando de entendimiento con la Agencia Antidrogas (DEA) y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), en el marco de un  Acuerdo Macro de Cooperación en Seguridad con Estados Unidos.

El embajador estadounidense Todd Chapman junto a delegados norteamericanos, acordó cooperar con el Ecuador en temas de intercambio de información, asistencia técnica, y  asignación de recursos económicos sin precisar montos ni detalles.

El acuerdo incluye la creación de la  Unidad Investigativa Criminal Transnacional (TCIU), una "pequeña oficina" desde la cual se podrá controlar el ingreso y salida en las fronteras del país para “evitar el crimen transnacional”, así como "las posibles  amenazas a la seguridad del Ecuador, de la región y del territorio nacional de los Estados Unidos."

Durante la cita diplomática, que tuvo lugar en el auditorio de la Comandancia General de Policía, el Ministro del Interior César Navas, comentó sobre  a la incapacidad del estado ecuatoriano para afrontar una guerra, y aseveró que es necesaria la cooperación entre países, asegurando que Estados Unidos no será el único socio del Ecuador en su “cruzada contra el narcotráfico y el crimen organizado”.

Más allá de los hechos, podemos afirmar que la tarde de ayer, hemos sido testigos de la involución del Estado en cuanto a temas de soberanía y manejo de conflictos. Si bien sería  erróneo suscribir la tesis de que antes del 27 de enero el Ecuador era una "isla de paz",  puesto que el país se ha visto históricamente acosado por diferentes tipos de violencia, propios un sistema injusto y desigual,  es preciso mencionar que a lo largo de 60 años el Ecuador ha sido un Estado lo suficientemente maduro y coherente para mantenernos "a raya" del conflicto colombiano.

Cuesta creer que el escenario de terror generalizado y miedo que se ha desatado a raíz de los últimos sucesos ocurridos en la frontera norte, responda únicamente a la inmadurez e incapacidad del Gobierno de turno. En especial, cuando aparecen detrás de estos sucesos, medidas en agenda que benefician a los grupos de poder económico, que ahora retornan a los espacios de poder. Todos estos elementos, más bien parecen responder a una especie de agenda, destinada a cubrir de miedo y terror a la población, mientras las élites económicas mueven "por detrás" los hilos de la realidad.

Los medios de difusión han fungido de voceros para el pánico y el terror, construyendo un discurso que en alguna medida, magnifica al líder de una agrupación irregular, y lo pinta como el enemigo común de dos Estados, como si con su captura viniese implícita la erradicación de la violencia, el narcotráfico, el “terrorismo” y demás problemáticas de este tipo. 

Junto con esta construcción discursiva, viene también la noción de que el país no se encuentra en la capacidad de hacerle frente a semejante enemigo, y aparece entonces la intervención norteamericana no solo cómo legítima, sino también como necesaria, deseable e incluso, ingenua o maliciosamente, anhelada.

A este panorama ya complicado de por sí, debemos añadirle el elemento de la posible renuncia de los Ministros de Interior y de Defensa, renuncia que es "exigida" cada vez más fuerte por la ciudadanía y que permitiría reacomodar a determinados actores en puestos de vital importancia.

Podemos preguntarnos ahora, ¿cuál es el futuro de la seguridad nacional en manos extranjeras?, ¿estamos en capacidad de poner un "freno" a la injerencia de los Estados Unidos en asuntos del país?  ¿Queremos que una potencia que bombardea civiles en Medio Oriente venga a “restablecer la paz” en nuestro territorio? ¿Cuál es el horizonte para la organización social y las formas necesariamente “legales”?

Es necesario reflexionar sobre las palabras con las que finalizó Chapman el encuentro, el embajador estadounidense, quien se preparó en Colegio Conjunto de Inteligencia Militar obteniendo un máster en Inteligencia Estratégica en 2000, mismo que sentenció: "Ecuador estamos contigo."

 

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