Manifiesto 1ero de Mayo del Bloque Popular Antimperial

1 de mayo

Vivimos un duro momento como país. En Carondelet se instaló el desgobierno, el accionar errático, el populismo y  el oportunismo. Ahora, en una muestra más que la política está en un grave proceso de descomposición, aprovechan la situación en la frontera norte para consolidar retrocesos graves en torno a los derechos constitucionales de trabajadores y trabajadoras, y del pueblo en general.

En este primero de mayo, en el que recordamos los sacrificios del movimiento obrero por sus derechos, es necesario fortalecer una actitud revolucionaria, antiimperialista y popular para ir hacia un nuevo momento para la izquierda. Por tanto, es nuestra tarea urgente retomar la calle, denunciar el falso consenso con el que la derecha impone su agenda antipopular, y consolidar desde la movilización el proceso de resistencia en contra del mal gobierno.

Solo retornando al pueblo, a la base, podremos encontrar los elementos que nos permitan sobrepasar la profunda crisis de legitimidad y proceso de la izquierda nacional. Después de 10 años de revolución ciudadana, y de este año en donde Moreno ha vendido nuevamente nuestro país al imperialismo y a la oligarquía criolla, debemos tender a la más amplia unidad política de las organizaciones de izquierda, populares, estudiantiles, de mujeres, trabajadores y trabajadoras, con el fin de consolidar el bloque popular contrahegemónico.

La izquierda debe encontrarse en la calle, no en los cafés ni en los ministerios. La lucha es movilizada, denunciando los acuerdos de seguridad con el gobierno de los Estados Unidos, luchando contra la precarización de las y los trabajadores y el despido masivo de servidores públicos, rechazando la remisión de la deuda tributaria a los ricos, defendiendo los derechos de las y los pescadores, los y las agricultoras, reclamando por los derechos de las y los estudiantes y potenciando la plataforma por la equidad sexogenérica desde el feminismo.

Es por eso que en un ejercicio de unidad política, entendemos este primero de mayo como revolucionario, combativo, de unidad, reencuentro y lucha, que nos permita reconocernos y articular un hito para resistir y luchar por los derechos de todo el pueblo.

Por eso;

Rechazamos los acuerdos firmados entre el gobierno y los Estados Unidos en materia de seguridad. Le decimos no al imperialismo. El problema de violencia en la frontera norte no puede ser excusa para el retorno de la influencia imperialista en los aparatos seguridad.

Exigimos la derogación de los acuerdos ministeriales que norman los nuevos contratos laborales. Les decimos no a las pretensiones de precarizar a los y las trabajadoras en actividades como la agricultura, la pesca, los servicios de hotelería y a los artistas. El Ecuador ya tiene un régimen de contratos ocasionales, la burguesía debe aceptarlos y el gobierno respetarlos.

Denunciamos la subvaloración del trabajo femenino y diverso. En una coyuntura de retroceso en derechos de las mujeres, interpelamos al estado a reconocer en condiciones efectivas y reales el trabajo doméstico y de cuidados, el cual recae sobre las mismas, quienes experimentan una doble explotación. Asimismo, instamos al reconocimiento del trabajo sexual, que ha sido invisibilizado y perseguido, generando condiciones inseguras para los y las trabajadoras.

Demandamos resolución a los problemas de la Educación Superior y el respeto a las organizaciones estudiantiles. Rechazamos con fuerza la falta de inclusión de las representaciones gremiales en la discusión de la LOES y respaldamos acciones contundentes como la de los y las compañeras de Loja. Asimismo, instamos al gobierno a pensar en alternativas de empleo juvenil, más allá de la promoción del emprendimiento bajo la lógica neoliberal.

Rechazamos la mentira y alienación por parte de los medios de información neoliberal, que se imponen con sus mensajes engañosos creando un ambiente de inseguridad y miedo para en medio del desconcierto aplicar medidas que benefician a las corporaciones internacionales capitalistas y oligarquías nacionales en pleno deterioro de los derechos de los trabajadores y las grandes mayorías. Con una especie de terrorismo mediático arremeten en contra de líderes políticos y sociales a lo largo y ancho del continente para frenar el progresismo y golpear las democracias de quienes no se alinean con sus políticas de privatizaciones y libre mercado.

Rechazamos el intento de perdonar la deuda de las más grandes fortunas del Ecuador por deudas tributarias y patronales. El gobierno se presta para perdonar deudas tributarias por montos superiores a los 2000 millones de dólares y patronales por un monto aún desconocido. Denunciamos el discurso de austeridad, so pretexto de ausencia de recursos, mientras se perdona la deuda a los ricos, afectando los aportes de las y los trabajadores.

Denunciamos al CPCCS como un instrumento reaccionario que actúa en contra de la constitución. Si bien el anterior CPPCS no reflejaba el deber ser de la institución, el actual es un instrumento abusivo que violenta las normas ecuatorianas, fortaleciendo a los ricos contra el pueblo. Es un retroceso político.

Llamamos a la izquierda a encontrar puntos de articulación, a construir el nuevo momento.

 

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