Entre la educación pública y la educación popular

A C A B
Martes 22 de Noviembre de 2022

No es posible hablar de educación sin ideología, por lo que es la ideología lo que da sentido a la práctica pedagógica, porque esta misma orienta el devenir histórico, material y espiritual -en un sentido superestructural- de los pueblos. Ideología que a lo largo de la historia de la humanidad es direccionada por una clase dominante de carácter parasitario, con el fin de mantener el permanente estatus quo, una práctica hegemónica que funciona por medio de los sistemas educativos nacionales bajo una lógica de reproductivismo educativo.

Sobre la educación pública

Bajo la anterior premisa presentada se entiende que las instituciones públicas y en específico el sistema educativo se rigen por la ideología liberal burguesa, misma que forma el sostén superestructural del modo de producción capitalista. El sistema de educación pública se entiende como un sistema nacional que esta administrado desde el Estado, con el objetivo de cubrir las necesidades educativas de todo el territorio geográfico -por su acceso precario, como en el caso de las periferias en el Ecuador-. También hay que entenderlo como un sistema de reproducción ideológico, que permite perpetuar la alienación en todos los individuos y mantener firmes las ideas de la clase dominante por medio de la hegemonía.

Es común que ante lo anteriormente mencionado se busque refutar el hecho de que la educación pública es una conquista histórica de los pueblos, porque la educación hasta inicios del siglo XX era solo accesible para la aristocracia, y después la burguesía. Ante los acontecimientos históricos que se sucedieron durante la consolidación de la revolución industrial, la misma burguesía vio la necesidad de educar al proletariado para que este se encuentre en la condición de familiarizarse con el uso de la maquinaria, la manufactura y las fábricas. Cuando el feudalismo y la posesión de tierras como sinónimo de riqueza pasaron a segundo plano, se volvieron evidentes las necesidades educativas básicas -saber leer y escribir- para la nueva clase social naciente: el proletariado. Por ello con el desarrollo histórico se entiende que las conquistas de los pueblos que luchan han sido por el acceso a la educación, más no por las ideas encerradas en sus contenidos para la formación.

Por lo tanto, fue y es el Estado burgués el propietario de las ideas, sentires, valores, prácticas y perspectivas que reproducen a millones de individuos por medio del sistema educativo. En el Ecuador, esta realidad se materializa en el Currículo Nacional -Proyecto Educativo Nacional-. El CN específica los contenidos del pensum educativo -los que le convienen a la burguesía-, al mismo tiempo de desechar los que puedan aportar a la memoria histórica de la clase trabajadora. Este mecanismo limita la práctica docente, condiciona la libre cátedra y castigando la promulgación de cualquier ideología política que salga de los parámetros estipulados por el Currículo Nacional. El CN termina siendo la herramienta de cohesión por excelencia de la burguesía para mantener el dominio total sobre la educación -ideología- y de su sistema nacional -reproducción ideológica- para evitar cualquier tipo de educación democrática-popular que promulgue intereses opuestos al estatus quo.
 

Sobre la educación popular

Las propuestas sobre una educación contrahegemónica, emancipadora de toda alienación capitalista y de carácter obrero tienen sus gérmenes en los postulados pedagógicos de lxs educadorxs soviéticxs. Con este antecedente, en los 60s y 70s bajo la mano del educador Paulo Freire se configura un nuevo movimiento educativo en una Latinoamérica plagada de dictaduras. La pedagogía de la liberación se propone como una herramienta para educar -liberar- a individuos dentro de las instancias y vigencia territorial e ideológica del mismo sistema capitalista en los Estados-nación actuales.

La educación popular de carácter emancipador aprovecha las periferias brasileñas y sectores urbanos marginales y caracterizados por el abandono educativo estatal para instalar una educación horizontal y de dialogo. En este modelo, lxs estudiandxs pasan a ser el centro del proceso educativo y dejan de ser sujetos receptores, para volverse protagonistas de su contexto histórico, concebidos como sujetos críticos en permanente desarrollo. La pedagogía de la liberación forma un énfasis alrededor de contenidos que promueven la producción autónoma cultural de los mismos pueblos.

“La historia es nuestra y la hacen los pueblos” S. Allende

Con el anterior precedente y experiencia histórica se transpola al contexto ecuatoriano y latinoamericano, haciendo énfasis que la educación popular es urgente y además, la pedagogía de la liberación de Freire continua vigente. Para ser aplicada dentro de los parámetros del sistema educativo nacional y evitar el castigo de la institución, la educación popular puede ser realizada por medio del Curriculo Oculto al que P. Jackson (1998) define como -el conjunto de aprendizajes e influencias formativas que son incorporados por lxs estudiantes, aunque dichos aspectos no figuren en el currículo oficial-.

El currículo oculto permite a lxs maestrxs ejecutar una educación popular de carácter democrático, emancipador y sobre todo revolucionario dentro de las instancias institucionales del Estado, como lo es toda la red del sistema educación nacional. Por medio de las subjetividades y los contenidos implícitos que se desarrollan en la implementación del currículo oculto, este mismo forma un puente entre la educación pública y la educación popular, que permite desescolarizar la educación alienadora para transformarla en un modelo educativo popular crítico y romper con la hegemonía vigente de la ideología dominante.