Maestras y maestros contra la mercantilización de la educación en Chile

Huelga maestrxs en chile
Miércoles 3 de Julio de 2019

Benjamín Infante es profesor de historia de Secundaria, en huelga en la ciudad de Coyhaique, Chile. Es militante de Convergencia Social, un nuevo partido político en Chile de tendencia socialista-libertaria.

ER: Tú eres profesor en Coyhaique, en el sur de Chile. Cuéntame de la estructura social de Coyhaique: ¿Quien vive allí? ¿Cuáles son los problemas?

BI: La región de Aysén es la región más aislada de Chile. Aquí persiste una estructura de la propiedad de tierra concentrada en grandes terratenientes y la maquinaria clientelar que instaló la dictadura aún opera. Si a lo largo y ancho de todo Chile la oligarquía que gobierna no se interesa por las necesidades de las personas, aquí en Aysén esa actitud es mucho más patente. Sencillamente, no hay nada verdaderamente público.

ER: Desde el 3 de Junio se ha llamado a un Paro indefinido de profesoras y profesores en todo el país. ¿Cuéntanos un poco del por qué se da el paro en este momento?

BI: Las demandas actuales son muy sentidas por las y los docentes del país en la medida que tocan en lo cotidiano sus necesidades. Sin embargo, lo que está detrás de la movilización es un hastío acumulado por largo tiempo ya que la educación se ha convertido en un instrumento para separar en Chile a las clases sociales. Haciendo de la educación un ‘bien de consumo’ como explicó hace años el propio presidente Sebastián Piñera, se deja a la educación pública desmejorada y precarizada.

Nuestra lucha es en contra del proyecto educativo neoliberal que hace de la educación un bien de consumo con el propósito de segregar la educación según clases sociales. En ese sentido, el presente conflicto se presenta en un escenario de avance de las políticas neoliberales en educación, dado que este gobierno de derecha maneja una agenda restauradora tras las medidas de desmunicipalización tomadas por el gobierno anterior y demandadas por décadas por los movimientos sociales chilenos por la educación pública. El actual gobierno ha abandonado su deber de hacer cumplir la legislación vigente entorno a construcción de educación pública.

ER: ¿Cuáles son las demandas centrales y cómo se articulan?

BI: El actual petitorio del movimiento docente considera demandas como: el fin a la precarización laboral hacia las trabajadoras y los trabajadores de educación parvularia y diferencial; el pago de la deuda histórica contraída con el Estado durante la Dictadura por la municipalización de la educación; el frene de la agenda educativa del gobierno que solo profundiza el neoliberalismo.

La movilización se da en base a demandas que en su gran mayoría no requieren de gran ingeniería de política pública para poder realizarlas, ni de esfuerzos presupuestarios importantes, han chocado contra el modelo neoliberal chileno que no da pie atrás en situar al profesorado como un proletariado precarizado, carente de poder político y opinión. De ahí que la demanda del gremio de profesores y profesoras es sobre todo por dignidad.

Las profesoras y los profesores nos damos cuenta de que no ceden, de que ya a un mes de estar más de 90 mil profes paralizados y un millón de estudiantes sin clases, recién se sienta la Ministra de Educación Marcela Cubillos a dialogar. Por eso es que nuestra lucha en general articula tres elementos: La acción directa de masas, como la forma de hacernos escuchar. La multisectorialidad, porque tenemos el lema de 'nunca más solos' ya que al movilizarnos debemos incluir a más y distintos actores a nuestra lucha. De lo contrario, estamos forzados al fracaso. Y la radicalidad en entender que nuestra lucha por mucho que el petitorio vaya por puntos específicos, sabemos que es por un cambio en el modelo educativo. Es por la afirmación de la educación pública y en contra de la mercantilización de la educación.

ER: ¿Cuáles son las perspectivas a largo plazo del profesorado en Chile?

BI: En Chile nos gobiernan grupos económicos que son muy poderosos, pero a nivel nacional, dejan la administración de un Estado disminuido y débil a élites igualmente débiles. Entonces, al ser tan débiles, gobiernan en base al miedo. El modelo neoliberal no puede dar pie atrás en sus políticas, de hacerlo legitima el contrasentido neoliberal y así abre la puerta a la impugnación del modelo.

Por ello, estamos acostumbrados que en educación, pero también en otras materias, todas las demandas que vayan a contrapelo del modelo neoliberal y proponga la construcción de un espacio público que provea de derechos, choquen en contra de un modelo que es incapaz de absorber las demandas populares. Por lo mismo, hace tiempo sabemos que las luchas por los derechos sociales requieren de un gran movimiento social organizado que comparta un mismo diagnóstico del problema y mismas demandas que han de ser precisas para que no sean absorbidas por el modelo neoliberal en forma de maquillaje al modelo. Una de ellas en términos educativos es que en vez de que se financie la educación a través de subvención por la asistencia mensual de cada establecimiento, cual es el actual sistema de financiamiento de educación secundaria en Chile, haya un financiamiento mediante aportes basales a la educación que considere al profesorado como un costo fijo y ponga por delante las necesidades de los establecimientos educativos.

 

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