¿La izquierda latinoamericana olvidó a la Revolución Bolivariana?

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Domingo 9 de Septiembre de 2018

Hablar de Venezuela desde la izquierda en estos momentos es conflictivo. Las opiniones no alcanzan a abordar la complejidad del contexto, cayendo en definiciones apresuradas sin sustento histórico, político e ideológico. La agresiva campaña comunicacional imperialista por aislar a la Revolución Bolivariana es tan efectiva que ha puesto a buena parte de la izquierda latinoamericana en contra de un proceso que no ha sido lo suficientemente valorado en su dimensión revolucionaria.

Para cierta izquierda lo que sucede en Venezuela no es más que una pugna “inter burguesa”, un nuevo “revisionismo”, una “dictadura” rentista que viola los derechos humanos, y que, por lo tanto, daría igual si mañana los Estados Unidos junto a sus aliados promueven una “intervención humanitaria”, o si la OEA reconoce a los migrantes venezolanos como “refugiados”, de todas formas, “no hay ninguna revolución”.

¿Entonces, “sino hay ninguna revolución”?, ¿qué es lo que hay?, ¿qué es lo que ese pueblo defiende?, y sobre todo, ¿por qué la “dictadura despiadada” no cae? Evidentemente para la izquierda “pura” latinoamericana, la revoluciones no son procesos históricos, es decir, se desarrollan de la noche a la mañana, por la voluntad de los individuos gracias a la claridad de los liderazgos carismáticos y los “partidos de vanguardia”, no son para nada eventos contradictorios, basta con que la sociedad se ponga de acuerdo en marchar al socialismo, en una suerte de convención social única, no existen disputas internas, es un proceso pacífico y bien intencionado, no existen amenazas, no existe ni el imperialismo y su aparato comunicacional global, ni la oligarquía criolla. Entonces, parecería que organizar una revolución es algo tan sencillo, que no hay que preocuparse por los detalles, los enemigos – externos e internos –, el modelo de transición, la cultura, etc. En consecuencia, la Revolución Bolivariana al no entrar en el marco de “razonamiento” de esa izquierda latinoamericana que le hace favores al imperialismo, es un evento sin mayor trascendencia.

Para desentrañar la cerrazón dogmática frente a la Revolución Bolivariana, sería necesario recordar a sus detractores los presupuestos básicos del materialismo dialéctico e histórico, sin embargo, creemos que estos continuarían confundiendo opiniones con argumentos y juicios ahistóricos con “verdades universales”. Nuestra función, en todo caso se limitará a brindar elementos para discutir el proceso bolivariano, más no un esfuerzo pedagógico por acercar a la izquierda “pura” a una problemática que le es imposible comprender.

Es torpe creer que la Revolución Bolivariana es un proceso reducido a la figura de Hugo Chávez, cuyo innegable liderazgo, ahora disuelto en importantes sectores organizados y conscientes de la sociedad venezolana, camina en su ausencia. El pueblo chavista no es una “masa” idiotizada que entrega un cheque en blanco durante cada elección al gobierno, existen contradicciones entre los sectores populares chavistas y el Estado bolivariano, mismo que aún se maneja dentro de los límites de la legalidad burguesa, en el que la burocracia y la corrupción atentan contra el sentido revolucionario de su proyecto, en otras palabras, la lucha de clases ha continuado y continuará en el gobierno de la Revolución Bolivariana, incluso tras la victoria del socialismo.

Prueba de ese liderazgo colectivo, que a veces - como dijimos-  entra en contradicción con el gobierno bolivariano, sin compartir la agenda de la derecha y el imperialismo, es la organización y multiplicación del poder popular en Venezuela, así como el modelo de transición, el “Estado Comunal”, como vía hacia el socialismo, proceso que como hemos señalado en anteriores ocasiones, se ha ralentizado, y cuyo desenlace aún está por definirse. El poder popular y la consciencia, han sido los factores principales que han mantenido el proceso a flote, pese al constante asedio económico y comunicacional a la Revolución Bolivariana; si no existiese una base multitudinaria y consciente, hace tiempo la revolución habría sucumbido. En Venezuela se desarrolla un proceso revolucionario – en contradicción – particular y único, que responde las condiciones concretas y particulares del país, cuya victoria o derrota tendrá consecuencias para toda la región.

Independientemente de los desaciertos y aciertos del gobierno bolivariano en materia económica, el excesivo rentismo petrolero, la burocracia y corrupción al interior del aparato estatal, es una verdad a luces que la economía venezolana sufre constantemente de sabotaje, desabastecimiento e inflación inducida. Factores que, sumados al bloqueo impuesto por el imperialismo, y a las jugadas de los organismos regionales e internacionales sobre el tema migratorio – calificándolo como una situación de riesgo, tipificando a los migrantes como refugiados, pretexto para una intervención –, político, económico y de integración – ALBA, UNASUR –, preparan el terreno para un escenario regional bastante conflictivo. El imperialismo ha sido claro, no descarta una intervención en Venezuela, apoyado en los gobiernos serviles de la región, como lo es Colombia, incitando un golpe de Estado o financiando grupos terroristas – al estilo de Ucrania, Libia o Siria –.

Finalmente, respondiendo a la pregunta que titula este texto introductorio al especial “Venezuela: bloqueo económico, injerencia extranjera y poder popular”, creemos que la izquierda latinoamericana no solo ha olvidado a la Revolución Bolivariana, también ha sido incapaz de comprender un suceso histórico contradictorio para pensar la revolución en América Latina. Esperamos que en las jornadas de lucha por venir, aclaren o sepulten a esta izquierda contrarrevolucionaria, la unidad más amplia contra el imperialismo, la oligarquía, el capitalismo y el Estado burgués, deben ser el norte de la recomposición de nuestras fuerzas, en este momento donde la revolución socialista en la región se halla en repliegue.

 

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