El veto total al COS es un retroceso en materia de derechos humanos

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Viernes 25 de Septiembre de 2020

Lenín Moreno impone su veto total al Código de Salud, respondiendo al ala más conservadora de las élites políticas ecuatorianas. A la par de la liberalización de los precios de los combustibles por medio del Decreto Ejecutivo No 1158 y la liberalización de la regulación de los intereses de la banca, el Gobierno Nacional vuelve a atentar en contra de la vida, la salud y los derechos sexuales de las mujeres y cuerpos gestantes.

El Código de Salud establecía el tratamiento de un aborto como una emergencia obstétrica y ratificaba la obligación que tienen lxs profesionales de salud a atender a cualquier mujer que ingrese a un centro de salud con tal condición, garantizando su vida, integridad física y salud integral. El veto a la norma bajo el pretexto de falta de un “rigor científico ni clínico”, como lo aseveraba el Ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, corresponde a los intereses de grupos antiderechos, que una vez más, imponen su criterio moral por sobre la vida.

El 28 de agosto pasado, el precandidato presidencial, #GuillermoLasso, instaba a Moreno a vetar por completo el #COS en contra del “crimen del aborto”, como lo describe en su carta dirigida al Primer Mandatario. Lasso, perteneciente a Opus Dei, claro referente anti derechos en el Ecuador y el mundo, replica y representa la moralidad cínica y selectiva del ultraconservadurismo ecuatoriano.

En las palabras de Zevallos, “debemos emprender un nuevo proceso más incluyente, más técnico, más basado en evidencias científicas”, desvalorizando una vez más la vida de las mujeres y los cuerpos gestantes. En las mismas declaraciones, Zevallos afirma que el veto al COS “responde a un imperativo social”, destacando y enalteciendo al ultraconservadurismo predicado por diversos sectores de la sociedad ecuatoriana, los cuales pretenden atropellar, recortar y negar un derecho humano elemental.

Los derechos sexuales y reproductivos son Derechos Humanos elementales de todas las personas, sin importar su edad, identidad de género o condición social. El derecho a la salud iItegral, ha sido vulnerado una vez más desde el Ejecutivo al dar un veto total al Código de Salud, siendo las mujeres, niñas y cuerpos gestantes, las vidas más violentadas.

La importancia de una normativa que garantice los Derechos Sexuales y reproductivos radica en la dignificación de la vida. Según Libres E Informadas, el 82,98% de las mujeres, personas trans o no binarias, que tienen serias dificultades para acceder a salud sexual y reproductiva, son personas empobrecidas. El veto total desde el ejecutivo al COS profundiza la injusticia social y vuelve a poner en riesgo la vida de las mujeres y los cuerpos gestantes.

En el Ecuador, al menos el 15,6% de las muertes maternas están relacionadas a la interrupción del embarazo en condiciones inseguras, así como al menos 184 mujeres han sido procesadas o encarceladas por abortar. Aun cuando en el Memorando Núm. MSP-2017-0790-M del Ministerio de Salud del Ecuador, ya insta a profesionales de la salud a la atención de cualquier aborto en curso como una emergencia obstétrica y recuerda la obligación del secreto profesional, era de relevante importancia la constancia de estos artículos en Código de Salud.

El derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito es un derecho humano elemental, y aun cuando esto no estaba en discusión en el COS, los sectores más retrogradas y ultraconservadores hicieron presión al ejecutivo y en las calles para que se dé el veto total. Queda claro que la vida de las mujeres y los cuerpos gestantes tiene poco o ningún valor en los marcos del capitalismo y la moral conservadora. La consigna de los movimientos sociales y colectivas feministas es claro y conciso: la salud no se veta y los derechos no se negocian.

 

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