Conciencia de clase en las urnas

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Domingo 7 de Febrero de 2021

Hoy 7 de frebrero, el pueblo ecuatoriano se enfrenta a los comicios más relevantes de su historia. La sociedad se encuentra inmersa en la polarización entre el correísmo y el anticorreísmo, como identidades políticas dramáticamente enfrentadas.

A pesar de existir 16 candidatxs, los esfuerzos y esperanzas políticas de la ultraderecha oligárquica del país, se encuentran respaldando a la candidatura de Guillermo Lasso. Aun así, la figura de Yaku Pérez se presenta ficticiamente como una alternativa, pero francamente alienada a los intereses imperialistas del gigante del Norte. En contraposición a estos dos fuertes candidatos de las derechas, se perfila el progresista Andrés Arauz, que apunta a la redistribución de acceso a derechos y una política  antineoliberal y antiimperialista.   

Este día marca un hito en la contienda por el Estado burgués en el país y la región, con un posible retorno progresista en la misma línea de los actuales gobiernos de Bolivia, Argentina y México. La burguesía, aliada del imperialismo yanqui y los sectores más retrogradas de la ultra derecha, pretende impedir a toda costa, una posible pérdida del poder estatal. En este contexto, el presidente Lenín Moreno realizó una visita oficial a Washington, durante la cual mantuvo un encuentro con el Secretario General de la OEA, Luis Almagro –involucrado en el golpe de Estado en Bolivia-.

Con tal cercanía del Departamento de Estado de EE.UU. al actual gobierno ecuatoriano, los colectivos y organizaciones populares y las misiones de observación electoral, se enfrentan a la tarea de mantenerse vigilantes frente a la posibilidad de injerencia en los comicios electorales. Es imperante que cómo condición mínima, la burguesía respete los procesos de la democracia liberal.

En estas elecciones, lo que está en juego para el pueblo organizado, movimientos sociales, periodistas militantes y demás sujetos revolucionarios, son nada más y nada menos, que las posibilidades lucha, libertad y supervivencia. La disputa por las condiciones de lucha en las calles y los repertorios de acción, son de inmensa relevancia. Para el pueblo y la militancia popular, solo existen dos escenarios:

1. La continuación de las políticas de exterminio del neoliberalismo. Sea de la cara de del candidato de la banca y el social cristianismo, o del candidato de las oenegés injerencistas, ambos representan las alianzas con el Departamento de Estado de EE.UU., el FMI-BM y con la oligarquía banquera. La precarización de la vida continuaría profundizándose, así como la privatización de todo lo común, y la regresión en materia de derechos. Mostrando una cara brutal de represión y persecución, más violenta de la que se experimentó en Octubre 2019.

2. El escenario contrario, de mano de los progresismos. Un gobierno con una visión de un Estado modernizante, la refinanciación de lo común, y la redistribución de acceso a derechos elementales como a la salud y educación. Marcándose una diferencia substancial con respecto a la relación con los EE.UU., posicionándose antiimperialista desde un inicio, distanciándose también de las prácticas represivas del Estado neoliberal.

Este día se evidencia la disputa interclasista por el Estado burgués. Se definirán las condiciones de lucha en las calles, las cuales bien podrían fluctuar entre el garrote violento neoliberal impuesto por el FMI, o un Estado enfocado en ampliar derechos para las clases populares. Solo el pueblo salva al pueblo, conciencia de clase en las urnas.

 

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