Los cordones industriales: una experiencia de autoorganización en el Chile de la Unidad Popular

cordones industriales
Martes 18 de Septiembre de 2018

Mucho se ha escrito en torno a los mil días de la Unidad Popular (UP) y del experimento del presidente Salvador Allende de avanzar hacia una sociedad socialista por la vía institucional entre los años 1970-1973 – la denominada “vía chilena al socialismo” –, ensayo que terminó de manera abrupta y catastrófica con la imposición de un Golpe cívico-militar. Sin embargo, muy poco se ha escrito acerca de aquellas instancias organizativas que frente a la crisis desatada por la ofensiva de la burguesía dieron vida al denominado “poder popular”: las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios (JAP), las tomas de terreno autoadministradas por sus habitantes – en los “campamentos” y en “las corridas de cerco” –, la Asamblea Popular de Concepción, los Comandos Comunales, y los Cordones Industriales, de los cuales nos ocuparemos en este artículo.

A pesar de contar con el antecedente directo del “Cabildo Abierto” realizado en abril de 1972 en Cerrillos y de la creación en junio del “Comando Coordinador de los trabajadores Cerrillos-Maipú” en apoyo a la huelga de Aluminios “el Mono” y de la lucha en la fábrica Indubal, es necesario resaltar que los Cordones Industriales surguieron y se articularon nacionalmente de manera “espontánea” frente a la agresión abierta de la burguesía con el “Paro Patronal” iniciado por el gremio de los transportistas el 10 de octubre de 1972. Dicha huelga se prolongó por más de un mes, sumando adhesiones de diversos sectores aliados a la derecha: la Sociedad de Fomento Fabril, la Sociedad Nacional de Agricultura, la Confederación Nacional de Producción y Comercio, organizaciones vinculadas a medianos y pequeños empresarios y algunos colegios profesionales y técnicos. Es decir, los Cordones Industriales, a pesar de su gran combatividad, desde un comienzo tuvieron un carácter “defensivo” frente a la arremetida del empresariado.

Los cordones industriales: su actividad y su composición social

Los Cordones Industriales se caracterizaban por agrupar a distintas empresas de un sector expresamente territorial. En un inicio las y los trabajadores agrupados en los Cordones se dieron la tarea urgente de continuar la producción y abastecer directamente a la población saltándose a los intermediarios, haciendo así frente al sabotaje, el boicot y la carestía de diversas mercancías provocados por la patronal. Para ello las y los obreros no esperaron ninguna orden emanada desde el Gobierno Popular, por el contario, ante la incapacidad de la UP de poner freno a la burguesía, actuaron por su cuenta, desbordando ampliamente la institucionalidad y las estructuras de los partidos de izquierda en que muchos militaban o eran simpatizantes.

Aunque el desarrollo de los Cordones Industriales fue disímil y no exento de contradicciones, tendieron hacia la organización con base en la democracia directa, la revocabilidad de cargos, la construcción de una sociabilidad prefigurativa solidaria y la autonomía e independencia de clase.

Luego del fracaso de la “Huelga Patronal”, los Cordones pasaron a otra etapa: comenzaron a luchar por el traspaso de las fábricas al Área de Propiedad Social (APS) y posteriormente a luchar por el control obrero (cogestión). Entre las medidas que destacaban en el programa de la UP, se llamaba a crear una “nueva economía” cuya base era la edificación de la APS (que coexistía con un Área de Propiedad Mixta y el sector privado), la cual se consituiría por la realización de nacionalizaciones por rescate e indemnización – no expropiaciones – de empresas ligadas a los sectores estratégicos de la economía nacional. El problema para la UP, fue que los Cordones se asentaron y extendieron precisamente en establecimientos industriales pequeños y medianos (80% del total del país) que no estaban contemplados en ningún caso dentro de su programa de estatización. De allí el enorme peso cuantitativo que constituía la base social que daba vida a los Cordones: la abrumadora mayoría de las y los trabajadores de Chile formaban parte de este sector.

En este sentido, se puede afirmar que los sectores más dinámicos y combativos del proletariado y el pueblo, y que dieron origen al “socialismo desde abajo” y a diversas expresiones del “poder popular” no fueron precisamente las capas “tradicionales” del movimiento obrero encuadrados en la CUT (Central Única de Trabajadores). En las fábricas ocupadas pertenecientes a los Cordones, la mayoría de las activistas obreras eran jóvenes sin mayores cualificaciones, no sindicalizados, muchos llegados recientemente a las ciudades desde sectores rurales en búsqueda de trabajo, mientras que en los “campamentos” y “poblaciones callampa”, las luchas eran protagonizas por muchas y muchos cesantes, trabajadores por cuenta propia, empleados intermitentes, subempleados, o dueñas de casa.  

 Los partidos de la UP y los Cordones Industriales

La influencia en los Cordones Industriales de los partidos tanto de la UP, como de aquellos pequeños grupúsculos extraparlamentarios, es indudable. La mayor parte de quienes participaron en los Cordones eran miembros de partidos o simpatizantes de izquierda, principalmente del Partido Socialista (PS). Por lo tanto, la influencia de la política partidaria tuvo un peso significativo y crucial en el devenir de los Cordones.

A grandes rasgos, se pueden identificar dos grandes bloques partidarios en el seno de la izquierda, Por un lado, el “Polo revolucionario” o “rupturista”, conformado por el ala izquierda del PS, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), el Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) tendencia Garretón y la IC, que planteaba la consigna “Avanzar sin Transar”, quienes impulsaban el desarrollo del “poder popular” y los Cordones.  Mientras, por otro lado, existía el “Polo reformista” o “gradualista”, compuesto por el sector “allendista” del PS y el Partido Comunista (PC), articulados bajo el lema “Consolidar para Avanzar” y que tenía por objetivo realizar una revolución por etapas y que apostó por congelar el proceso de cambios. La CUT – controlada por el PC –  acusó reiteradamente a los Cordones de ser “órganos paralelos” que dividían al proletariado, mientras mantenía una relación verticalista, sustitucionista, burocrática e instrumental con los sindicatos, los cuales eran simples correas de trasmisión de su perspectiva programática.

Como se aprecia, existían dos visiones encontradas e irreconciliables en torno al rol que debían jugar los Cordones, la vía para llegar al socialismo, y el cómo superar el callejón sin salida al que la ofensiva burguesa empujaba cada vez más al movimiento obrero y popular.

Limitaciones, contradicciones y derrota

Los Cordones nunca dejaron de ver a Allende y al “Gobierno Popular” como “su” gobierno, por lo tanto, nunca plantearon su superación: se concebían así mismos como una institucionalidad alternativa al “Estado burgués”, pero no al gobierno, a quién, aunque críticamente, daban su apoyo casi incondicional. En este sentido, los Cordones fueron incapaces de dotarse de una hoja de ruta o un horizonte alternativo a la UP.

En el plano militar, existía una excesiva ilusión – también promovida por la UP – de que en caso de que un Golpe de Estado se produjera, un sector de las FFAA apoyaría al pueblo trabajador. El ascenso del gabinete cívico-militar y la promulgación de la Ley de Control de Armas, logró lo que la burguesía buscaba: por una parte, cercar y controlar al gobierno directamente, y, por otra, dar rienda suelta a la represión del “poder popular”, allanando brutalmente fábricas y fundos ocupados. Nadie planteó seriamente la necesidad de armar a las masas para el enfrentamiento inminente, aún con el Golpe de Estado a la vuelta de la esquina, lo que fue afirmado de manera tan trágica, como premonitoria, en la famosa carta abierta que los Cordones destinaron a Salvador Allende días antes del 11 de septiembre de 1973: “le advertimos compañero (…) que será responsable de llevar al país, no a una guerra civil que ya está en pleno desarrollo, sino que a la masacre fría, planificada, de la clase obrera más consciente y organizada de Latinoamérica”.

 

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