Elecciones en Turquía y el futuro de la revolución de Rojava (I)

ERDOGAN ISIS

Ali Ciceh miembro de Civaka Azad, una organización civil kurda localizada en Berlín, creada en 2012 con el objetivo de mostrar la realidad del Kurdistán y difundir el nuevo paradigma del Movimiento de Liberación Kurdo, el Confederalismo Democrático. Carlos Pazmiño de Revista Crisis habló en la capital alemana con Ciceh sobre el porvenir de la revolución en Rojava (Kurdistán sirio), en medio de la coyuntura electoral turca, hecho que marcará la agenda política y militar en los siguientes meses en la región, el significado de la derrota del Estado Islámico (Daesh), la disputa geopolítica que vive Oriente Medio, así como controvertida alianza táctico-temporal entre las Fuerzas Democráticas Siria (FDS), una milicia de mayoría kurda que controla el norte de Siria, y la Coalición Internacional comandada por Estados Unidos.

 

¿Cuál es el contexto de las elecciones en Turquía?

Desde hace unas semanas atrás el tema del que más se habla en Turquía son las elecciones presidenciales y parlamentarias del 24 de junio [1]. El contexto de estas elecciones está atravesado por el carácter proselitista que tuvo la invasión turca a Afrin (Rojava) a inicios de 2018 con el respaldo de las potencias imperialistas que intervienen en la Guerra Civil Siria, Rusia y Estados Unidos principalmente. En este contexto, el gobierno turco aprovechó el sentimiento nacionalista que emergió en la sociedad tras el ataque a Afrin, con el objetivo de cimentar su propio poder.

Por otro lado, en Turquía existe en estos momentos una importante crisis económica y política, Erdogan quiere usar las elecciones para legitimarse como el salvador de dicha crisis, aunque como todos sabemos, su gobierno es el principal responsable.

Erdogan trata de sorprender a la oposición adelantando las elecciones, con el objetivo que esta no se pueda preparar y llegue débil a la contienda electoral. El Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que es el partido de la izquierda de mayoría kurda en Turquía, desde hace dos años ha sido víctima de ataques, asesinatos, exilio, persecución y encarcelamiento de sus dirigentes, muchos de ellos aún se encuentran en prisión en estos momentos.[2] El propósito de Erdogan es frenar a toda costa cualquier oposición y descontento en Turquía que muestre un camino diferente al islamismo conservador y fascista del AKP y CHP. El fascismo turco necesita de situaciones de excepción, como estas elecciones adelantadas o la invasión ilegal de Afrin, para mostrar su verdadero rostro.

¿Entonces, las elecciones convocadas por el AKP y el MHP, son los elementos de legitimación del fascismo en Turquía?

Me parece que las elecciones no son lo más central, uno tiene que ver que Erdogan hace un año impuso unas elecciones para cambiar la constitución turca e introducir un sistema presidencial, y de esta forma aumentar su influencia, es decir, él está dispuesto a usar toda la influencia a su disposición para legitimarse en el poder, estas elecciones son una muestra más de esto.

Erdogan ha dicho públicamente cuáles son sus metas, entre esas están la destrucción completa del Movimiento de Liberación Kurdo, es decir el proyecto revolucionario que se desarrolla en Rojava, pero también de las posiciones del movimiento en Basur (Kurdistán iraquí), en el norte de Iraq.

Es claro que Turquía camina hacia un nuevo fascismo, sin embargo, las elecciones son un escenario que nos dan la oportunidad para unirnos como oposición, aunque si usted me pregunta más allá de las elecciones, yo le diría que lo realmente importante son los procesos de liberación que se desarrollan en la sociedad.

¿En qué condiciones se encuentra esta oposición de la que habla para derrotar a Erdogan electoralmente?

Bueno, primero debemos entender la correlación de fuerzas que rige el escenario político turco. El partido de Erdogan, el AKP está en coalición con el partido fascista MHP, este es un primer bloque de la contienda electoral, un segundo es el que está organizado entorno al Partido Republicano del Pueblo (CHP), que a su vez tiene se encuentra en alianza con pequeños partidos nacionalistas, y un tercer bloque, en el que se encuentra el HDP junto a otros partidos de izquierda, turcos y kurdos.

Durante el referéndum de abril de pasado año, la población de Turquía demostró que más del 50% del país está en contra de Erdogan, pese a que este haya ganado de forma fraudulenta. Con esto me refiero a que existe objetivamente la oportunidad de formar un frente de oposición contra Erdogan, pero el problema es que existen razones ideológicas y “raciales”, el bloque del HDP no puede trabajar con el bloque del CHP, por el simple hecho que ambos se encuentran en orillas opuestas.

El problema central aquí, además de las divergencias ideológicas, es el racismo contra los kurdos que proyectan estos partidos como el CHP, por lo que no nos podemos unir simplemente de la noche a la mañana si estas contradicciones no se superan.

Muchas cosas pueden pasar hasta las elecciones, por eso mismo estas son solo una etapa en un proceso más largo. Está claro que existirá fraude y persecución como en el pasado, pero esto no desanima la lucha contra el fascismo, puesto que el pueblo también está peleando desde fuera de las elecciones.

 

[1] Originalmente planificadas para el mes de noviembre de 2019, las elecciones presidenciales y parlamentarias en Turquía fueron adelantadas arbitrariamente para este 24 de junio por el presidente de la república, Recep Tayip Erdogan, y la organización política que preside, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en alianza con el Partido de Acción Nacionalista (MHP), una formación política de clara orientación fascista.

[2] Selahattin Demirtaş y Figen Yüksekdağ co presidentes del HDP se encuentran detenidos sin ninguna prueba que pueda asegurar su vinculación al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

 

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