François Houtart: Necesitamos una nueva definición de economía
Cuando Hugo Chávez asume la presidencia de Venezuela en el año 1999, François Houtart decide vivir en América del sur, particularmente en Ecuador. En Quito será acogido por la Fundación del Pueblo Indio del Ecuador[1] en donde permanecerá hasta al 6 de junio del 2017, su último día de vida.
En el mes de noviembre del 2012 encontré y entrevisté a François Houtart en Quito después de haber leído su texto “Deslegitimar el capitalismo, reconstruir la esperanza”. Además, tuve el inmenso placer de asistir en una clase magistral suya en el seminario internacional “Sumak Kawsay y el planeta”[2] realizado en la localidad Pucahuaico[3] en el mismo año.
DM: Usted ha declarado que se necesita construir un paradigma alternativo al capitalismo. ¿Cuáles son los elementos constitutivos de este nuevo paradigma?
FH: Son: a) la vinculación con la naturaleza, b) la producción material para vivir, c) la organización colectiva, d) la cultura. El capitalismo destruye las dos fuentes de su propia riqueza: la naturaleza y el trabajo. Frente a eso necesitamos la transformación y la constitución de un nuevo paradigma. Debemos reconstruir la relación con la naturaleza. Pasar de la explotación al respecto de la vida como fuente natural. Es fundamental inspirarnos en los pueblos originarios de América Latina que conviven con la Pachamama[4] y alimentan el Sumak Kawsay. Necesitamos una nueva definición de la economía que no puede ser solamente agregar valor en función de los intereses de unos pocos. Es indispensable redefinir la economía como una actividad humana colectiva que produce la base material de todas las vidas: la vida material, la vida física, la vida cultural y la vida espiritual de todos los seres humanos del planeta.
Para superar el capitalismo debemos privilegiar el valor de uso al valor de cambio. El sistema capitalista da prioridad al valor de cambio para transformar todo en mercancía. Se debe replantear una nueva y diferente organización colectiva de la humanidad, la cual, no puede realizarse sin la universalización de un proceso de democratización de todas las instituciones (políticas, económicas, sociales culturales, deportistas, religiosas). Y finalmente la interculturalidad. Hemos definido y construido el desarrollo en función de la cultura occidental – capitalista. Ya no podemos marginalizar o destruir todas las otras culturas. Debemos reconocer y estudiar todas las culturas, todos los saberes, todas las religiones. Eso contribuye a la construcción del Bien Común de la humanidad.
DM: En su libro “Deslegitimar el capitalismo, reconstruir la esperanza” habla de la teología de la liberación como sujeto crítico al actual sistema capitalista. ¿Cuál es, para usted, la crítica principal de la Teología de la Liberación hoy?
FH: La Teología de la Liberación es contextual, es decir, se construye en la realidad humana. La especificidad de esta Teología reposa en la contextualización de la realidad con los ojos de los pobres. El Evangelio obliga justamente a ver la realidad y el contexto en función de la situación de los pobres y de los oprimidos. La pobreza se crea mediante las relaciones sociales y no es algo natural. En este sentido la Teología de la Liberación desarrolla una crítica al paradigma capitalista en cuanto crea una enorme concentración de riquezas en pocos grupos y al mismo tiempo fomenta pobreza en la gran mayoría de la población.
DM: Usted participó en el Concilio Vaticano II. Después del mismo Concilio surge una iglesia liberadora en el obispado latinoamericano. En Ecuador la figura más representativa de esta iglesia fue el Monseñor Leonidas Proaño ¿Cuál fue el compromiso mayor del mismo Monseñor con los oprimidos de su país?
FH: Conocí a Monseñor Proaño cuando fue nombrado obispo[5]. Cuando empezó su trabajo en la Diócesis de Riobamba se impresionó por la situación de pobreza en la que vivían los indígenas de su provincia. Le impactó la terrible opresión que sufrían los mismos indígenas por parte de los terratenientes. Por eso, con su convicción cristiana muy profunda llegó a la conclusión que el mensaje de Cristo no podía ser auténtico sin los principios de la teología de la liberación. Él fue miembro del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) y fue muy activo en este Consejo. El CELAM, durante el Concilio Vaticano II, al contrario de lo que se esperaba - no siguió al episcopado españoles o portugueses que eran muy conservadores. A la conclusión del Concilio Proaño, una vez regresado a su país, se concentró de manera particular en el trabajo de concientización de los pueblos indígenas.
DM: En el mismo texto, “Deslegitimar el capitalismo, reconstruir la esperanza”, analiza la crisis de la Teología de la Liberación y la extensión la Teología de la Prosperidad. ¿A qué se refiere exactamente con esta nueva Teología?
FH: Hoy día se habla de una crisis de la teología de la liberación. La apertura de la economía mundial al neoliberalismo, la transformación del papel de los organismos financieros internacionales convertidos en instrumentos directos de esta filosofía económica, han hecho del capitalismo como el único maestro del juego. Se ha desarrollado una nueva cultura, la idea de que no hay alternativas al mercado capitalista. Los nuevos movimientos religiosos se desarrollan centrados en las necesidades individuales de búsqueda de sentido y de nuevas solidaridades interpersonales. Se extiende la “Teología de la Prosperidad” que pone lo divino al servicio de una posibilidad cada vez más aleatoria donde propone el intercambio con un Dios que recompensa materialmente a los seres humanos que le sirven ritualmente. Se legitima la riqueza y se la considera como una señal de la bendición de Dios. Esta teoría ignora totalmente los mecanismos económicos y sociales que construyen las riquezas mediante la explotación laboral y el saqueo de los recursos naturales realizado por las grandes multinacionales.
Referencias:
Houtart, François. 2008. Deslegitimar el capitalismo. Reconstruir la esperanza, Colombia: Ruth Editorial.
Grupo de Pensamiento Alternativo. 2019. François Houtart. Vida y pensamiento, Ecuador: Ediciones desde abajo.
[1] Institución fundada por el Monseñor Leónidas Proaño.
[2] El seminario fue realizado por la Fundación del Pueblo Indio en los días 27, 28 y 29 de enero del 2012.
[3] En esta localidad, cerca de San Antonio de Ibarra, reposan los restos del Monseñor L. Proaño.
[4] Madre Tierra en lengua quichua
[5] Fue Obispo de Riobamba desde el año 1954 hasta el año 1985.