La izquierda contrarevolucionaria en el Ecuador: entre el sectarismo y el imperialismo

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Viernes 5 de Febrero de 2021

Cuando oímos o leemos acerca de un partido marxista en cualquier país del mundo, seguramente imaginamos un colectivo regido por los principios que caracterizan a la teoría marxista. En el cual, la priorización de la supervivencia y el mejoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora, son consideradas valores supremos, donde la adaptabilidad de las tácticas para conseguirlo exige el no caer en una cosificación de la teoría. La desvinculación del contexto histórico, de la teoría marxista, puede ser uno de los errores en el que cayeron últimamente varios de los colectivos y movimientos de ultraizquierda en el Ecuador. Pero también cabe mencionar que puede que hayan existido algo más que “errores” en algunos, que otros de esos movimientos minoritarios autoidentificados como marxistas.

A partir de la década de los 60s, la CIA y el Departamento de Estado de los EE.UU., llevaron a cabo al rededor del mundo, operaciones de infiltración y espionaje en movimientos y partidos considerados como radicales y revolucionarios. Entre ellos,  el Partido Comunista del Ecuador PCE y el Partido Socialista del Ecuador, constaban como principales fuerzas de izquierda a contrarrestar. El ex agente de la CIA, Philip Agee, quien participó directamente en estos operativos, develó esto en su libro titulado “La CIA por dentro: El diario de un espía”. Este libro publicado a mediados de los 70s, puso en evidencia las formas de actuar del imperialismo estadounidense en el contexto de la Guerra Fría. El capitalismo norteamericano, basado en la explotación de los pobres y movido fundamentalmente por la codicia personal, simplemente no puede sobrevivir sin la fuerza, sin una fuerza policial secreta” (Agee, 1987; 437).

El testimonio de Agee claramente cuenta que el objetivo de los EE.UU. era el de reclutar a líderes y jóvenes que estén dispuestos a alinearse con la línea política de Washington, a través de la CIA. Es decir, la embajada yanqui tenía agentes infiltrados -conscientes o inconscientes- en el escenario político ecuatoriano. Además de esto, creaban organizaciones paralela, a las referentes mundiales de izquierda: el Secretariado Coordinador de las Uniones Nacionales de Estudiantes (COSEC) y la Asamblea Mundial de la Juventud X (WAY), como versiones anticomunistas de lo que era la Unión Internacional de Estudiantes (IUS) y la Federación Mundial de la Juventud Democrática (WFDY) correspondientemente.  Estas infiltraciones en partidos políticos de izquierda, y la creación de organizaciones paralelas fueron utilizadas en su momento como catalizadores y desviantes de las luchas revolucionarias en los países del Sur. Esto nos permite pensar que este mecanismo aun es parte del repertorio injerencista del imperialismo yanqui, así como una nueva ola de golpes de Estado.

Desde el inicio de la época republicana, la intromisión de los EEUU es un problema con el cual se ha tenido que lidiar en la región. Las oligarquías nacionales se alían con los Estados Unidos, en una unificación de prácticas políticas que conlleven al logro de objetivos mutuos. El entramado de relaciones de poder que sostienen las actuales democracias latinoamericanas, es mucho más complejo ahora.

La estrategia inherente de la política real de los partidos de izquierda como el PCMLE, el PSE y el MPD (ahora Unidad Popular), ha sido el de sostener pequeños espacios administrativos dentro del Estado burgués. Esto ha ido sucediendo a través de prebendas entre los jerarcas izquierdistas, dirigentes de dichos partidos, y el gobierno de turno. Colocándolos en una posición de escasa capacidad de incidencia en la correlación de fuerzas, y nula capacidad de transformación. Esta izquierda pactista-transaccional, llena de agentes, y con una visión del Estado que se asemeja más al modelo planteado por la oligarquía; aprovechó los efectos ideológicos del neoliberalismo, para colocar candidatos funcionales a la derecha. Encuentre su propio ejemplo.

En el contexto político ecuatoriano, con la relación cercana del gobierno de Lenin Moreno con la embajada de los EE.UU., tenemos serios motivos para sospechar que una nueva infiltración en los procesos políticos en el país se está llevando a cabo. En un escenario donde el resurgimiento de una nueva ola progresista, amenaza con disminuir los lazos del Estado con EE.UU, diluir los pequeños espacios de poder estatales conquistados por la izquierda contrarevolucionaria, es evidentemente una amenaza para ella.

En medio de una repotenciación de la lógica neoliberal, es necesario que la clase trabajadora organizada, analice y estudie las tácticas y estrategias posibles que permitan el mejoramiento de sus condiciones de vida. Así como apuntalar y generar las condiciones sociales y políticas, que permitan el caldo de cultivo del tan ansiado colapso del capitalismo. Como bien lo propuso Paulo Freire, es necesario “un continuo ejercicio pedagógico, el cual exige de las clases subalternas un aprendizaje alrededor del contexto suscitado para, solo así, lograr la revolución”.

 

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