Animalismos: entre praxis y teoría

ECA
Jueves 4 de Agosto de 2022

Los Estudios Críticos Animales (ECA) se han convertido en teorías críticas para sostener las militancias antiespecistas. Históricamente, han habido movilizaciones tanto políticas como académicas que han visibilizado esta problemática, cuestionando la violencia hacia lxs animales no humanos, la explotación de sus cuerpos, y defendiendo la liberación animal. Así, debemos preguntarnos cómo y cuándo los animales se convirtieron en un tema de interés social y político. Para ello, es importante que exploremos algunas concepciones reivindicativas y teóricas sobre la temática.

En primer lugar, el movimiento animalista es un antecedente político para visibilizar la importancia de la cuestión animal pero, al mismo tiempo, ayuda a problematizar teóricamente el especismo como sistema hegemónico de conocimiento; es decir como un sistema que posiciona al ser humano por sobre lxs seres no humanos. 

Siguiendo a Anahí Méndez podemos señalar que: 

El movimiento animalista problematiza el especismo como una forma de constitución del ‘Hombre’ moderno a partir del sometimiento y el trato desigual a los seres sintientes que no pertenecen a la especie Homo sapiens” (Méndez, 2020: 45).

Como Méndez, otrxs autorxs han situado la expansión del movimiento animalista como un lugar para visibilizar la explotación animal. Es así como podemos ver que esta lucha social también surge como un principio para criticar la forma en la que han sido entendidos lxs humanos y lxs animales, y sus relaciones. 

La historia del movimiento animalista no es nueva. Mendéz afirma “que el animalismo tiene raíces en las primeras sociedades protectoras y conservacionistas creadas a finales del siglo XIX e inicios del siglo XX” (Mendéz, 2020: 46). En este sentido, es importante hacer una diferenciación entre el movimiento animalista y otros que podrían parecer similares como los movimientos socioambientales. De manera más específica, el movimiento animalista tiene fuerza a nivel global entre las décadas de 1970 y 1980, en el marco de lo que el sociólogo francés Alain Touraine denominó “los nuevos movimientos sociales” (2006); movimientos que luchaban por la defensa de derechos ecologistas, feministas, estudiantiles, de diversidades sexuales, etc. Por tanto, esta militancia política por la defensa de lxs animales no humanxs tiene sus particularidades; sin que esto desconozca la necesidad de articular distintas causas que engloban múltiples luchas. 

En segundo lugar, del surgimiento del movimiento animalista nació paralelamente la teorización del giro animal.  Siguiendo a Juan José Ponce el giro animal:

alude al amplio espectro y heterogeneidad de las luchas sociales, políticas y culturales por la defensa de los animales. Se distinguen tres vertientes principales: 1) derechos animales, 2) bienestarismo y 3) liberacionismo o abolicionismo  (Ponce, 2020: 20). 

Ahora bien, para entender cómo ha operado la opresión de los animales a lo largo de la historia, es sustantivo situar el especismo como mecanismo de dominación basada en la pertenencia a una especie; como lo señalé anteriormente. Bajo la fachada del especismo, diferentes formas de violencia contra los animales han sido legitimadas y han tenido mucho eco. Actividades y prácticas productivas como la ganadería, la agricultura, la pesca, la caza, el turismo, el entretenimiento, etc., han contribuido al desarrollo de formas a través de las cuales los animales sufren maltratos sistemáticos y programados. Así por ejemplo, la perspectiva bienestarista ha sido apropiada por estas actividades y prácticas productivas para reproducir formas de explotación y desigualdades hacia los animales no humanos. Sin embargo, dentro de la diversidad de los enfoques animalistas, son los estudios críticos animales los que han problematizado las relaciones entre los animales humanos y no humanos desde una perspectiva crítica, no especista y radical; es decir, apartándose de las posiciones derecho animalistas y bienestaristas y defendiendo la perspectiva de liberación total

Finalmente, tanto el movimiento animalista como los estudios críticos animales, nos ayudan a pensar y a ejercer una militancia que se sostiene en teoría y praxis. La explotación de los cuerpos y de las vidas no humanas debe cuestionar y romper con la estructura especista, una estructura sostenida en la dominación.

La lucha por la liberación animal continuará hasta que la última jaula esté vacía.

 

Referencias

Méndez, Anahí. (2020). “América Latina: movimiento animalista y luchas contra el especismo”. En Revista Nueva Sociedad, N°288, pp.45-57.

Ponce, Juan José. (2020). “Subjetivación animalista: el proceso de devenir otro. El caso de los animalismos antiespecistas en Ecuador”. Tesis de Maestría en Sociología Política, Flacso, Ecuador.  

Touraine, Alain. (2006) “Los Movimientos Sociales”. En Revista Colombiana De Sociología Nº 27, pp. 255-278.