La caída de la Nueva República y el oscurantismo brasileño

BOLSONARO
Lunes 29 de Octubre de 2018

Haciendo frente a la mayor crisis de la nueva república, Brasil enfrenta en el 2018 su elección más paradigmática. La “Nueva República” en el Brasil nace en 1985, dando fin a la dictadura militar, con José Sarney como presidente, bajo un conjunto de pactos de transición del régimen militar a la democracia. Los pactos incluyeron la libertad de prensa, de manifestación política, de expresión artística y cultural, de opinión, elecciones directas a partir de 1990, promulgación de una nueva constitución en1988, entre otros temas.

Después de ​​más de 30 años, la corrosión del sistema democrático, la incredulidad en las instituciones y en los partidos políticos, la indignación con la corrupción, sumado a un maltrato de la memoria y la justicia de los “años de plomo” de la dictadura militar brasileña, se ha construido un camino para que la extrema derecha se presente como una alternativa. En este escenario, Brasil entra en la ruta mundial de avance de la extrema derecha.

La división agudizada del país tiene como telón de fondo un programa económico ultraneoliberal, disfrazado con diversas cuestiones Morales, representadas en la candidatura de Jair Bolsonaro (Partido Social Liberal, PSL). La privatización de las empresas públicas es el centro de su programa, el sector energético (Eletrobras), es una de sus gallinas de los huevos de oro. Su base social es movilizada por temas, como combatir la corrupción, el rechazo al aborto, la lucha contra las drogas, el combate a la libre orientación sexual y todas sus expresiones, es conducida por la intolerancia religiosa, la represión a la violencia urbana con un fuerte llamado a la liberación del porte de armas, etc.

La ineficacia de los proyectos de la izquierda y la centroderecha en responder al conjunto de los históricos conflictos sociales son parte central en este proceso. Aunque en los más de 10 años de "gobiernos populares", bajo la hegemonía del Partido de los Trabajadores (PT), se haya promovido una importante movilidad social, no se alcanzaron transformaciones estructurales. Este hecho generó un conjunto de reinvindicaciones que, de fondo dialogaban con la profundización de la democracia y de la ciudadanía.

El crecimiento y la complejidad de organizaciones paralelas al Estado, son otro elemento importante en este escenario, pues han hecho más difusa la resistencia al avance conservador en los sectores populares. Estas organizaciones van desde las iglesias neopentecostales, las milicias, el tráfico de drogas, el tráfico de armas, etc. La violencia como forma de imposición de poder nunca fue abdicada de la política, sino de sus espacios institucionales de representación y de la mayoría de las arenas públicas de debate. Pero el asesinato de Marielle Franco, concejal de Río de Janeiro, a más de 7 meses sin ninguna respuesta, es un señal del cambio en esta relación.

La confluencia de estos grupos llevó a una gran unidad nacional, unió a los actores tradicionales de la política y al capital financiero, para tomar el Estado brasileño y aplicar una profunda agenda neoliberal que solo cabe en un Estado de excepción.

Ya que la democracia hoy no sostiene a los conflictos sociales que pulsan a partir de las desigualdades, el uso de la violencia como un instrumento de dominación se presentó como alternativa para la imposición de un programa que penaliza a la clase trabajadora.

Esta elección está marcada por muchos pasajes de violencia, que van desde amenazas de exilio a opositores, censura a canales de comunicación, censura a la posición de entidades de la sociedad civil, prohibición de circulación de periódicos, actos de violencia en las calles, llegando hasta el asesinato de un "capoeirista" por apenas señalar ser partidario del PT. En la última semana un gran esquema de financiación empresarial, prohibido por la legislación brasileña, fue descubierto: millones de reales invertidos por la campaña del PSL para diseminar noticias falsas por whatsapp contra el candidato del PT.

Exactamente por eso es tan importante la elección de Fernando Haddad del PT, su candidatura se ha convertido en un gran frente contra el fascismo reuniendo diversos sectores y actores, quienes disputaron la primera vuelta. Pues sólo la derrota del fascismo en las urnas el 28 de octubre permitirá construir una refundación democrática del Brasil.

 

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