A 3 meses del Paro Nacional en Colombia

jhv
Miércoles 28 de Julio de 2021

Este 28 de julio se cumplen tres meses del estallido social del Paro Nacional en Colombia. La brutalidad del gobierno de Iván Duque, en respuesta a las demandas del pueblo precarizado, de derogar la reforma tributaria y la reforma de salud, conmocionaron al mundo entero. La lucha de clases se profundiza en Colombia, componiendo un nuevo y crudo capítulo de la guerra interna. El trato militar a la protesta social, ha dejado claro en estos meses, que para el Estado neoliberal colombiano el enemigo interno, es su propio pueblo.

Colombia es el 5to país más desigual del mundo, y las consecuencias de la narco-parapolítica, se evidencian en el aparataje político-militar-ideológico-económico que sostiene por la fuerza, el gobierno criminal de Duque. El paramilitarismo está directamente relacionado y financiado por los grandes terratenientes ganaderos, que al mismo tiempo son los grandes accionistas del resto de industrias del país, y altos funcionarios públicos, perpetuando lógicas feudales. Uno de los mayores exponentes de la parapolítica es el asesino, genocida, paramilitar, terrateniente ganadero, corrupto y narcotraficante, el Matarife Álvaro Uribe Vélez, responsable directo de la situación de violencia extrema en Colombia.

A pesar de la fuerza y contundencia de un Estado terrorista, la organización popular, articulada en múltiples demandas: de lxs estudiantes, las mujeres, marikas y cuerpos feminizados, las demandas obreras, ecológicas, de las madres de la primera línea, la vejez abandonada y el derecho a la infancia plena, se han articulado para hacerle frente a la violencia y precarización del neoliberalismo profundo de Colombia. Desde ollas comunitarias y populares, a escuelas de formación permanentes, la cooperación parece evidenciarse como la mejor y más amorosa forma de vivir y resistir.

Desde el inicio del Paro Nacional, los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas estatales, fueron multiplicándose. Tan solo para el 28 de junio -a los dos meses del inicio de las movilizaciones- ya se registraban 4687 casos de violencia policial, 1617 casos de violencia física, 73 casos de violencia homicida, 2005 detenciones arbitrarias, 82 mutilaciones oculares, 28 casos de violaciones por parte de la fuerza pública, además de alrededor de 500 personas desaparecidas. Sin la posibilidad de cuantificar cifras exactas de las imágenes desgarradoras de cuerpos aparecidos en ríos, basureros, calles y campos de Colombia en ese periodo.

El pasado 20 de julio se organizaron una serie de movilizaciones, con un mensaje claro: resistimos. El recorrido del 20 de Julio en Bogotá muestra una vez más el apoyo del pueblo a las primeras líneas. Los puntos de concentración que se alcanzaron a reportar este día en Cali y Bogotá fueron: UniValle, Centro Av. Misak con 7 antigua Jiménez, Movilización por la décima con 19, Parque Nacional, Patio Bonito Av. Las Américas, Puerto Resistencia, Monumento los héroes y Usmekistan.

Barrios enteros gritaron su descontento y reafirmaron que el Paro Nacional sigue. Al grito de "si nos quitan la tierra entonces llevaremos nuestra lucha a las ciudades ", se denuncia el abuso policial del narco Estado. Las primeras líneas de toda Colombia se encuentran listas para seguir en pie de lucha, familias enteras siguen apoyando a los jóvenes para que esta barbarie se detenga. 

En la Av. Misak con 7 una gran exposición que atraviesa toda la calle, fotos de periódicos desde 1912 relatan cómo el abuso ha sido sistemático desde el principio de la república. La muerte se impone y a punta de bala se quiere silenciar al pueblo. Una vez más el abuso policial se hizo presente: solo el 20J, se dieron 128 casos de violencia policial, 40 víctimas de violencia física, 5 casos de uso de Venom, 41 detenciones arbitrarias, 4 mutilaciones oculares y 1 caso de violación por parte de la fuerza pública.

La historia de Colombia está marcada por la violencia estatal, la brutalidad de la fuerza pública, los falsos positivos y el paramilitarismo criminal. Pero también por la fuerza y resiliencia del pueblo colombiano, siempre en resistencia –de múltiples formas-, en contra del capitalismo salvaje. A tres meses del inicio del Paro Nacional, la lucha de clases en América Latina se libra -en primera línea- en territorio colombiano. El pueblo sabe que la dignidad no se negocia.