Caso Sobornos: la democracia no existe en Ecuador
La condena del ex presidente Rafael Correa, junto con el ex vicepresidente Jorge Glass, y otros 18 miembros y colaboradores del gobierno de la Revolución Ciudadana, a 8 años de prisión más la pérdida de derechos políticos por 25 años, devela cuán lejos puede llegar la oligarquía con el fin de preservarse en el poder. El “juicio del siglo”, como lo ha catalogado morbosamente la prensa reaccionaria, representa uno de los actos más relevantes de la descomposición absoluta de quienes se encuentran en el poder.
Independientemente de las simpatías o divergencias con Rafael Correa o la Revolución Ciudadana, este evento nos alerta de una situación alarmante para nuestro país, y en especial para los sectores populares. La oligarquía demostró, con completa impunidad, que está dispuesta a “sacrificar” todos los valores y libertades liberales – como siempre lo ha hecho –, que en teoría defiende, para perpetuar a la burguesía parasitaria, fabricando con antelación las pruebas a un juicio eminentemente político con el único objetivo de eliminar a Correa de la papeleta. Salta a la vista el oportunismo y la falta de sensibilidad ante las pérdidas humanas provocadas por el covid-19, catástrofe que podía evitarse si no se desmantelaba al sistema de salud pública mediante recortes y despidos de trabajadores de la salud.
Este evento marca un nuevo hito en la destrucción del Estado de Derecho, del “debido proceso”, es si se quiere, una declaración de guerra y nos trae a un escenario completamente adverso para la contienda política, donde aparentemente ninguna opción progresista o de izquierda, tendrá margen para ser opción de gobierno, incluso para aquellos que no consideran la opción electoral como método de lucha. La democracia liberal en el Ecuador no existe, el Estado tampoco, la oligarquía ha cometido un “suicido histórico”, se ha “lumpenizado”.
No debemos olvidar que el Estado que "dirige" Moreno, con apenas un 4% de aprobación, se sostiene mediante una alianza perversa. Medios masivos, justicia politizada y fuerzas de seguridad (Policía Nacional y FFAA), conforman una “triada”respaldada por Estados Unidos, sostienen a un aparato estatal socialmente debilitado por el neoliberalismo, pero fortalecido para perseguir a toda voz crítica, no solo a la Revolución Ciudadana. Ahora mismo vivimos el recrudecimiento de la persecución política, del neoliberalismo, de la venta de la soberanía nacional con el consecuente empobrecimiento de amplios sectores de nuestra sociedad. La prevalencia de la muerte sobre la vida.
El caso Sobornos pone en duda la existencia de la democracia en el Ecuador. ¿Existe o es patrimonio de la oligarquía? ¿Es una ficción que nos tranquiliza cada cierto tiempo? Me pregunto, tal como decía Lenin, el Lenin de la revolución rusa, “democracia en una sociedad de clases, ¿para quién?" Seguro que solo para quienes la pueden pagar, quienes pueden conducir la justicia para su beneficio, quienes pueden decidir quién es inocente o culpable, quien vive o muere.
