Proforma 2019 quita dinero a salud y educación

PRESUPUESTO
Domingo 18 de Noviembre de 2018

La discusión del presupuesto general para el siguiente año trae algunas complicaciones políticas para el gobierno de Moreno, ya que, desde los diversos sectores sociales y gremios empresariales, incluyendo a los medios de comunicación, se reclaman diferentes modelos de gasto público, algunos de los cuales son contrarios a los intereses populares, como los que proponen los gremios empresariales, enfocando los recortes en diversos aspectos de la política pública.

Y así, aunque la perorata oficialista trata de convencer que son un gobierno que se preocupa por el pueblo, esto no es así, porque el presupuesto presentado tiene graves y grandes recortes en cuanto a política social, educación, vialidad y otras responsabilidades claves del Estado.

Tomando en cuenta la presión de la derecha, está el paso definitivo al post correísmo, que para los fines prácticos de la oligarquía se resume en recortar el presupuesto en torno a los subsidios y en el gasto social, sosteniendo una nueva transición hacia un Ecuador en donde les resulte más barato acumular.

Ya en este año el enfoque de los recortes fue orientado hacia la inversión directa que el Estado, generando una grave afectación a las miles de familias que de una u otra manera estaban articuladas, como en los últimos diez años, a la construcción de infraestructura de diversa índole, ahora, van al día a día en la política social, como el presupuesto de las universidades o el bono de desarrollo humano.

Tomemos el caso del Ministerio de Educación, partiendo que es uno de los sectores de cuyo correcto desempeño depende el futuro de todo el Ecuador y que por ley se debe incrementar año a año su presupuesto, tiene una reducción para este año del 6.5%, pasando de 3.851 millones a 3.602 millones, un -0.7% menos que este año pasado donde ya se le recortó 6,5%, a lo que debemos sumar que no tenemos información real de qué porcentaje está devengado, siendo el último dato menor al 30% en julio de este año. Esto quiere decir que tienen la plata, pero no la han invertido, sino que está ahí – esperemos – en el Ministerio.

Debemos preguntarnos entonces, en dónde está el recorte. Tomando como base los debates en la Comisión que trata la proforma en la Asamblea, donde se identifica un descenso de casi el 1% del PIB en el educación y salud combinadas, podemos establecer que hay puntos complicados que tendrán graves consecuencias sociales, como la reducción drástica de la política de becas del Instituto de Fomento al Talento Humano que pasa de 123 millones a 9 millones de dólares, o la reducción para los programas de alimentación escolar, textos y uniformes.

Incluso sectores empresariales frente a las pretensiones del gobierno, como el Centro de Competitividad e Innovación, a través de su representante identificó que la reducción del bono de desarrollo humano, otra de las ofertas del gobierno de campaña que se quedará sin cumplir, baja de 363 millones en este año a 252, reducción que implicaría que en este año existió una reducción del 50% de la pobreza, lo que no se ha dado, sino todo lo contario, se incrementó.

El presupuesto está levantado grandes críticas y, en torno a su discusión en la Asamblea Nacional, se avizora un escenario conflictivo, especialmente desde la población universitaria por los recortes planteados para la educación superior, que, sin justificación técnica, pretende entregar menos recursos, al mismo tiempo que ampliar los cupos y mejorar la oferta.

 

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