Paro del Pueblo: la dignidad no se vende

PARO JUNIO ACAB
Lunes 22 de Septiembre de 2025

El 22 de septiembre de 2025, marca un hito en la historia política del país: tras 23 meses de este “Nuevo” Ecuador, entre masacres carcelarias, decenas de miles muertes evitables -crisis de salud y de inseguridad- y la normalización del terrorismo de Estado, la clase trabajadora ha dicho basta.

Basta a un proyecto de exterminio popular que ha convertido al Ecuador en el país con la mayor tasa de homicidios en el continente -6.449 hasta el 21 de septiembre y número 5 a nivel mundial-, basta de servir como esclavos a un magnate bananero que impone a sangre y fuego una mega-hacienda llamada Ecuador, basta de ser la última colonia de la larga y turbia sombra de EE.UU. sobre América Latina.

Cada tres años -2019, 2022, 2025- coincidiendo con la imposición crediticia de condiciones del FMI, el parasitismo de la clase empresarial -que no genera siquiera el 15% del empleo en el sector privado en el Ecuador- pretende imponer mano dura el proyecto más antipopular de todos: la liberalización de los precios de los combustibles, a estándares internacionales.

No resulta ser coincidencia alguna que el nuevo paquetazo, que según el dictamen del FMI llevará al precio del diésel a USD 4 antes de finales del 2025, se presente en conjunto con un quiebre definitivo de los principios democráticos del Estado de derecho. El “Nuevo” Ecuador toma una posición estratégica central en cimentar un nuevo régimen autoritario sin precedentes, en el que el terrorismo de Estado, la militarización permanente y la criminalización absoluta de cualquier disidencia a su proyecto de muerte. No resulta ser coincidencia alguna que el único mandatario del continente con nacionalidad yanqui, a parte de Donald Trump, es Daniel Noboa. Esta será una Constitución dictada enteramente desde y a favor de Washington.

No nos confundamos: Noboa y Cía. han quebrado al Estado ecuatoriano, al igual que sus predecesores Moreno y Lasso, y buscan sostenerse de forma desesperada bajo el dictamen del FMI. La deuda externa -tanto pública como privada- se estima en alrededor del 80% del PIB, convirtiendo un default o impago absoluto en un devenir inevitable. Daniel Noboa está comprando tiempo, mientras se mantiene al frente de un país condenado a colapsar bajo el dictado de la “nueva” como eterna burguesía lumpen del Ecuador.

No en vano Noboa ha sido un siervo obediente del FMI: el incremento del IVA del 12 al 15% -bajo el pretexto de un conflicto interno-, desfinanciamiento de servicios estatales como salud y educación, solicitud de reducción del Estado en carteras y curules legislativos, eliminación subsidio al diésel, al igual de liberalización de los precios de extra y súper, y como cereza del pastel, la privatización de la seguridad social. Un total de USD 5.000 millones se terminarán de desembolsar en 2025, de los cuales 1.000 millones llegan en octubre.

Cada cierto tiempo, a la fracción de la oligarquía de turno en el poder político, se le canta por probar fuerzas con los pueblos de este país, que será chiquito, pero a su vez, desborda dignidad. Resulta curioso el nivel internacional dé reconocimiento como pueblos guerreros, y que a los ricos de por aquí, se les borre la memoria: la clase trabajadora del Ecuador, escribe su historia de pie, nunca de rodillas.

En este sentido, la historia demuestra que los pueblos del Ecuador nunca nos arrodillaremos frente un personaje que únicamente refleja su pequeño complejo de “Napoleón”, delirante de poder en la que cree su hacienda personal, de la que sabe poco o nada -ni siquiera conoce el himno que jura defender- y por la que no siente nada mas que desprecio.

Donde nosotrxs vemos páramos, selvas y bosques, Noboa mira oro, plata, cobalto y zinc para sus arcas personales. Donde nosotrxs vemos ríos y mares de vida, el mira rutas de tráfico. Cuando nosotrxs decimos somos, decimos somos juntos y juntas, todos y todas, lxs wawas, lxs hermanos menores, la Pachamama entera, en dignidad y justicia. Cuando él dice nosotros, se refiere al Grupo Nobis. Simplemente, no somos lo mismo.

Por medio del extractivismo y narcotráfico transnacional, en menos de 3 años Daniel Noboa logró la corporativización del Estado: de 1.800.000 hectáreas concesionadas en Ecuador, el 10% concesiones mineras -casi 200.000 hectáreas- a nivel nacional se encuentran ligadas al Grupo Nobis.

Dentro de la estrategia de bombardear las bases absolutas de un Estado de derecho y frente a medidas insostenibles en términos sociales, Noboa inició un “ping-pong” institucional entre Ejecutivo, Consejo Nacional Electoral y Corte Constitucional buscando la iniciación de un proceso constituyente. El verdadero peligro de que Noboa presione con semejante fuerza a la Corte Constitucional, reside en generar no un camino legal para su destitución, sino en generar legitimidad frente a la opinión pública para deshacerse del único poder estatal que aparentemente le ponía un freno a sus ínfulas bonapartistas.

Con la aceptación de la CC al Decreto Ejecutivo 153 el 21 de septiembre, se abre de par en par el camino a que la única instancia de contrapeso al poder del mercado en el país desaparezca: la Constitución de la República. Ya no sabemos si la CC estaba defendiendo la constitucionalidad y la democracia, o solo estaba negociando el precio más alto posible. Durante ese periodo y en adelante, Noboa gobernaría vía decreto con: mayoría en la Asamblea Nacional, un CNE permisivo y acolitista, una CPCCS controlada y como ya viene siendo característico, con una Fiscalía y Función Judicial al servicio del Narcoestado. De ser legitimado, este accionar correspondería a una dictadura civil por decreto, con FF.AA. acumulando poder político y económico sin vergüenza en aquel entramado criminal, y la organización popular acosada por la persecución, la criminalización y la infiltración por parte del aparato estatal. La propia hacienda narcobananera con su pequeño rey, endiosado por una turba desclasada: Noboa nuestro de cada día...

Por su parte, el Narcoestado hace de las suyas: militarización total de Latacunga y carreteras a nivel nacional. Además, se empiezan a multiplicar rumores de que 10.000 personas intentarán movilizarse a Latacuanga para enfrentar cuerpo a cuerpo al MICC. No en vano Noboa inició una política de calle el pasado 12 de agosto, pretendiendo imponer la lógica de la división interna de los sectores populares y llamando a generar grupos de choque de civiles, dispuestos a violentar en las calles en contra de la organización popular

Ante la actual arremetida en contra de la Corte Constitucional en el contexto de la convocatoria del gobierno a consulta popular con el fin de un proceso constituyente, resulta evidente el verdadero sentido estratégico de las marchas del gobierno del 12 de agosto y 11 de septiembre Así mismo, tanto desde el poder político como mediático, impera la amenaza de aplicación de leyes antiterroristas a dirigentes populares y bases movilizadas.

En cuanto a la organización popular con mayor importancia de lucha en el país y continente, se logró dividir al Movimiento Indígena, cooptando a la directiva ilegítima de la FICSH, representada por David Tankamash, misma que cayó en un proceso de desacato a decisiones colectivas y orgánicas tomadas tanto en el VIII Congreso de la CONAIE como durante la Asamblea Extraordinaria el 18 de septiembre. Mientras la CONAIE sesionaba en Riobamba y su dirigencia adoptó el mandato popular de un Paro del Pueblo, Tankamash se reunía en Carondelet con el “Nuevo” Ecuador, negociando prebendas en ministerios y secretarías. No es nuevo, recordemos que el “Nuevo” Ecuador neutralizó la dirección consecuente de Leonidas Iza en la CONAIE por medio de la cooptación de dirigentes.

Desde la clase trabajadora y frente a los albores del Narcoestado constituido, cobra fuerza la consigna: “en las calles y en las urnas, NO a Noboa”. Por nuestra parte y tras tres largos años de somnolencia colectiva, el Ecuador regresó a la historia.

¡Vivan siempre los pueblos que luchan!

Bienvenidxs de vuelta a la lucha de clases.

 

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