La importancia del concepto de "lucha de clases" en la historia y la política

LUCHA DE CLASES

La lectura del Manifiesto Comunista, por una parte del movimiento revolucionario internacional, así como un grupo de los detractores de este escrito, provocó una simplificación casi grosera -por no decir 'funcional- de muchas de las tesis ahí contenidas. Al ser un texto escrito con un vértigo literario y militante evidente, ciertas premisas lógicas efectuadas por Marx y Engels padecieron de una lectura inmediatista y reduccionista por parte de millones de lectores, pero más que nada, se transformaron en una suerte de 'sentencias religiosas', que muchos autores han tomado para declarar el carácter obsoleto de dicho escrito, aunque lastimosamente también han sido usadas de esta forma por muchos de sus más fervientes seguidores.

El propio Manifiesto fue escrito en un momento histórico convulso y a veces confuso (entre las revoluciones burguesas y la masificación del proletariado, Europa vivía tiempos de Gregorio Samsa). Es casi una anécdota censurada u olvidada, pero años después, los propios autores declararían el carácter 'desfasado' de un escrito político no muy extenso. Aceptaron el carácter o limitación histórica del documento. No obstante, como comenta el historiador inglés Eric Hobsbawm, Marx y Engels no transformaron profundamente el texto original, exceptuando algunas aclaraciones, y un agregado que haría Marx años después, pero que, sin embargo, no cambiaron el carácter central del argumento (Hobsbawm, 2012) ¿Por qué, si se desactualizó, no fue transformado en su esencia para convertirse en un escrito más teórico/trascendental que político/coyuntural?

Me parece que precisamente el carácter fundamental que encontraron los autores, y que logró tener una repercusión importante en el desarrollo político europeo, fue el de la potencia y la singularidad del concepto que desarrollaron: la lucha de clases como fundamento del desarrollo histórico. A mediano plazo las reflexiones no pasaron desapercibidas: los trabajadores que intentaron agruparse en organizaciones de clase con una gran perspectiva internacionalista, así como la atención que provocaría en importantes dueños de industrias y de bancos en Europa -y en menor medida- en Estados Unidos.

La lucha de clases -que gracias a la demostración histórica se aleja de una simplificación economicista y dual - dio pie a una comprensión histórica diferente en relación a la que se había instaurado en la economía política e historiografía burguesa/liberal. Más allá de la obviedad de evidenciar su versatilidad teórica, es importante señalar su indiscutible deuda  con los postulados del movimiento revolucionario francés en particular, especialmente el más cercano a los sectores radicales (entre los que destacan los herederos políticos de los Sans-culottes), como el de la distinción que hizo Gracchus Babeuf[1] entre una posición política de los más poderosos económicamente (la burguesía agrupada alrededor de "El Directorio") frente a los desposeídos.[2]

Pero, volvamos al tema central. La particularidad que otorga la concepción histórica de una lucha constante, que deviene en nuevas disputas, agrega un carácter fundamental a la comprensión temporal de la sociedad mundial: el enaltecimiento del carácter político como forma de conocimiento y transformación. Es decir, la importancia de la lucha de clases radica en que (a diferencia de lo que se ha querido plantear por mucho tiempo) no es simplemente una cuestión de evolución etapista de diferentes formas de desarrollo social, sino que la propia historia sigue un hilo conductor de acción política concreta y evidente. La importancia del entendimiento de la historia como una sucesión ininterrumpida de luchas de clases (y que después puede matizarse en relación a sus postulados más concretos y coyunturales -como el de la polarización masiva de dos clases claramente diferenciables-) es fundamental, pues introduce el carácter vital de una postura política frente al entendimiento de la realidad; a su vez, dicho entendimiento otorga una forma de comprender lo que sucede al mismo tiempo que se está inscrito en una lucha de clases que sucede frente a nuestros ojos, y que no es, como muchas teorías liberales y posmodernas proponen, simplemente etapas y no una constante social.

Sostengo que ahí radica la importancia que hallaron los autores del Manifiesto, y que encontró el movimiento revolucionario en dicho escrito: la lucha de clases inscribe en la política a los propios actores que la piensan y la efectúan. Es la originalidad de la propuesta comunista de mediados del siglo XIX, pues al tiempo que politiza el entendimiento histórico y social, asume como necesaria la propia transformación y la disputa al interior de la sociedad, valga la redundancia. Es un paso importantísimo al momento de la elaboración de una verdadera filosofía de la praxis.

La historia deja de ser un elemento ajeno, para convertirse en el propio objeto de transformación de las clases sociales. Es, en la propia lucha, que se encuentra la transformación y la comprensión de la historia de la sociedad ¿Cómo? Mediante la misma disputa en la que se inscribe el pensamiento y la acción reflexiva y política del mundo:

El cambio histórico a través de la praxis social y la acción colectiva constituye su núcleo.[...] El compromiso con la política es lo que históricamente distinguió al socialismo marxiano de los anarquistas y los sucesores de aquellos socialistas cuyo rechazo de toda acción política condena específicamente el Manifiesto. (Hobsbawm: 2012)

¿Alguien se atrevería, hoy en día, a discutir la guerra abierta de las élites económicas contra los más pobres? ¿Quién podría hoy no creer genuinamente que los ricos son cada vez más ricos y que las distancias con los más pobres son, por decirlo de alguna forma, progresivamente abismales? La "lucha de clases" como concepto y como praxis revolucionaria es, si se me permite, una apuesta política de acción concreta por la historia, al mismo tiempo que es una forma de entender la política desde la historia de la lucha política.

 

Bibliografía:

Engels, Freiderich, Marx, Karl (2007). Manifiesto del Partido Comunista. Buenos Aires. Lonseller.

Hobsbawm, Eric, (2012). Introducción al "Manifiesto Comunista" de Marx y Engels. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=160814

 

[1] François Noël-Babeuf (1760-1797), más conocido como "Gracchus", fue un periodista y dirigente político radical de la Revolución francesa, que intentó propugnar y organizar una revuelta de los "más pobres" contra El Directorio (comité de cinco miembros que dirigió el gobierno francés desde 1795 hasta su derrocamiento a manos de un golpe de Estado dirigido por Napoleón Bonaparte en 1799). Gracchus, literalmente, 'se jugó la vida' en la "Conspiración de los Iguales" por la instauración de una democracia plena y la abolición de la propiedad privada. En 1797, pese a los intentos de sus amigos jacobinos en el gobierno, sería condenado a muerte. Su influencia en el movimiento comunista durante la primera mitad del siglo XIX es incuestionable, al punto que las organizaciones de este estilo solían ser llamados "Los discípulos de Babeuf".

[2] Sería importante, en algún momento, mostrar las relaciones en teoría política entre Engels y Babeuf.

 

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