Tiempo de definiciones y de lucha popular

El gobierno de la plutocracia y sus aliados, cada semana levantan una noticia o un show, como cortina de humo o estrategia marketinera para tapar la incompetencia, la corrupción, las miles de muertes violentas y el fracaso en la seguridad y la aplicación del maléfico proyecto de demolición de los derechos ciudadanos y populares para convertirlos en negocios de grupos económicos que les interesa debilitar o controlar el Estado para hacer lo que les dé la gana y seguir acumulando riqueza de forma parasitaria.
El país está en manos de la plutocracia, herederos de abusos y acuerdos sustentados en historias de despojo y tragedias personales y comunitarias. Es importante reconocer que el uso de la mentira y el marketing comercialmente politizado ha dividido a los ecuatorianos y hay una cantidad importante de compatriotas que defienden la mentira y su relato. Por otro lado, estamos los que no solo criticamos a Noboa y sus antecesores, sino que somos críticos de un modelo perverso y deshumanizador y buscamos una definitiva independencia.
Somos los defensores de un modelo que siempre pondrá por delante al ser humano en convivencia armónica con la Pachamama. Tenemos claro las contradicciones irreparables con Daniel Noboa, su gobierno plutocrático, sus socios empresariales y, desde esta categoría, hacemos el llamado a millones de ecuatorianos, a cientos de organizaciones sociales de la ciudad y el campo a levantar la voz y demostrarle a la plutocracia, que el pueblo ecuatoriano es digno heredero de las luchas sociales y que no dejaremos que los derechos ganados durante décadas e históricas luchas sean arrebatados.
No es una disputa de políticos o sus movimientos o partidos caudillescos, es la lucha de las campesinas y los campesinos, de las y los estudiantes, de las mujeres, de los indígenas, de los mestizos, de los afros y los montubios, de las obreras y los obreros, de las artesanas y artesanos, de los pequeños y medianos comerciantes y empresarios, es la lucha de las jubiladas y los jubilados, de los abuelos y abuelas que son parte de historias colectivas de sacrificio, amor y dignidad, es la lucha de las jóvenes y los jóvenes que nos cuentan sus ideales y sus sueños. Esta es la lucha de cada ecuatoriana y ecuatoriano que sobrevive día y noche esforzándose y sacrificándose por su familia y sus sueños.
Es la hora de marchar unidos por nuestros sueños, por el sueño de nuestros vecinos y nuestras compañeras, para construir la verdadera paz de los pueblos oprimidos históricamente y el futuro de los niños y los jóvenes. Continuemos con las asambleas populares, barriales, comunitarias, sigamos discutiendo y debatiendo las mentiras y el engaño de la plutocracia y construyamos el proyecto popular para rescatar nuestro presente y construir nuestro futuro. Necesitamos una sociedad unida para enfrentar el desconcierto mundial, donde otro plutócrata obsceno juega con la guerra, amenazando la paz mundial, promoviendo a miserables asesinos que han hecho del supremacismo su ideología y el asesinato del pueblo palestino lo han convertido en la miserable vergüenza histórica de nuestra civilización.
Agitemos todos los colores, levantemos todas las voces para rechazar al fascismo y al totalitarismo, para que tiemble la plutocracia que gobierna, que es la responsable de la pobreza, responsable de las muertes violentas, responsable de la falta de medicinas y escuelas, esa plutocracia sumisa ante la delincuencia y el narcotráfico. Levantemos y agitemos todas las banderas y nuestros corazones.