¿Quién dijo que todo está perdido?

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Martes 26 de Noviembre de 2019

Cuando ganó las elecciones el Grupo El Clarín, con su candidato Macri -y Bolsonaro- después de haber encarcelado injustamente a Lula, parecía que la derecha estaba tomando el espacio político con votos,y sin golpes de Estado como en los 70as y 80as- pero con las mismas armas y técnicas de las dictaduras para mantenerse en el poder hasta las últimas circunstancias.  Sin hablar de profecías del pasado, es imprescindible la autocrítica -facultad enriquecedora y necesaria para avanzar. En las multitudinarias movilizaciones de Haití, Ecuador, Chile y ahora Colombia, el denominador común es la fuerza policial y militar, toques de queda, detenciones arbitrarias, restricción de derechos fundamentales, etc. Después de atestiguar las movilizaciones populares, en Bolivia si decidieron dar un golpe de Estado, además de implementar todas las fórmulas de represión para mantener el poder. Estas se separan del resto de procesos populares en América Latina, ya que estuvieron liderados por las élites blanqueadas de Bolivia, en cooperación con la OEA y las fuerzas militares, las cuales tomaron papeles altamente cuestionables en el proceso y sucesivo golpe de Estado.

Entre las últimas cifras, publicadas por orgismos como Amnistía Internacional, en Ecuador hubo 7 muertos, 1340 heridos, y 1152 detenidos; en Haití 77 muertos, 219 heridos y 315 detenidos; en Chile 22 muertos, 2200 heridos y 6300 detenidos y en Bolivia 23 muertos, 725 heridos y 503 detenidos. Números que seguramente aumentaron en los últimos días. En Chile, el país ejemplar para la derecha, más de 200 protestantes han perdido uno o incluso ambos ojos. En Ecuador, se vive una persecusión política. En Colombia, los policias realizan saqueos y quien controla el toque de queda en Bogotá es un militar investigado por casos de falsos positivos. En Bolivia, se reprime la protesta social popular. A través del decreto 4078, las FF.AA. tienen carta blanca para disparar en un ambiente de total impunidad. Así podemos continuar con la larga lista de violaciones de derechos humanos y destrucción del Estado de derecho.

Lo expuesto da cuenta de que con el fascismo no se puede negociar, porque no escucha, porque busca es instaurar miedo y se aferra al poder. Como dice la compañera Adriana Guzmán, aymara y feminista comunitaria: “Es un escarmiento para que no se nos vuelva a ocurrir que es posible vivir fuera del capitalismo, que el vivir bien pueda ser una posibilidad, que no se nos vuelva a ocurrir la autodeterminación, que podamos autogobernarnos, autoorganizarnos. Para que aceptemos este sistema capitalista, neoliberal, patriarcal, colonialista. Ése es el mensaje.”1

Y aquí surge la pregunta: ¿Cómo se puede mantener un gobierno dictatorial en el poder? Por medio de los militares que poco les importa su patria, masacran y humillan al pueblo, pero tienen el apoyo de las élites económicas y financieras. Teniendo además el apoyo muy real y concreto del financiamiento y entrenamiento desde los Estados Unidos y sus cómplices. A esto se le suma la complicidad de los medios de comunicación masivos tanto nacionales como internacionales -según los cuales “no pasa nada”-, o los cacerolazos son una muestra de apoyo al gobierno.

Por último esta el respaldo de la derecha fascistoide, de los que creen que “el país se lo saca adelante trabajando”. Aquellos que les molesta que los “indios” tengan derechos, que las trabajadoras y trabajadores domésticos tengan un sueldo digno. Les estorba que aquellos desechables, históricamente invisibilizados, tengan igualdad de oportunidades. Y en nombre de la paz piden que salgan las "fuerzas del orden"-a reprimir deviando la atención del problema real: el neoliberalismo.

No todo está perdido. Tenemos las movilizaciones. América Latina se levanta y sus pueblos dicen “¡YA BASTA!”. Hay movilizaciones en contra del neoliberalismo en todo el continente. Como dice un gran amigo, es increíble cómo los medios de comunicación masiva no han apodado como la “primavera latinoamericana”. Debe ser que estas son protestas contra los gobiernos que nos impusieron, para robarnos todo.

México volvió a ser un faro de esperanza y tierra de refugio para el continente. Vuelve a ver hacia América Latina en vez de solo mirar hacia la América anglosajona. Resurgen desde aquí las OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) para apoyar a los países del Cono Sur.

Otro gran amigo decía que “los sectores populares son un sujeto político resiliente y han demostrado fortalecerse en la adversidad, como si se alimentaran de la injusticia, como si triturasen el dolor y lo transformasen en lucha organizada”. Creo que esto es lo que tenemos como generación, solidaridad en la lucha. Tenemos la resistencia. La resistencia nos ha dado una posibilidad, un espacio, un lugar en la historia. Surgen de las trincheras nuestros héroes. En la primera línea, con sus escudos, defendiendo al pueblo y cuidando a la gente, luchando contra fascistas y represores.

No los dejaremos pasar, seguiremos en resistencia. No permitiremos que nos roben lo ganado, seguiremos luchando por los derechos y venceremos. “Ven, Seremos” y seguiremos resistiendo, luchando por una América Latina justa y unida.

 

Referencias:

1 Página 12, “El golpe de Estado en Bolivia es racista, patriarcal, eclesiástico y empresarial”, https://www.pagina12.com.ar/230874-el-golpe-de-estado-en-bolivia-es-racista-patriarcal-eclesias

 

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